10/04/2025
He estado pensando muchísimo en dar mi opinión sobre la serie adolescente; sé que posiblemente esta opinión no genera un cambio en los padres con hijos e hijas adolescentes o posiblemente sí.
La serie, a mi parecer, está hecha y puesta desde el adultocentrismo; se ve la historia de un chico adolescente que asesina a sangre fría a una chica y diferentes escenarios, donde se enfocan en cómo los adultos responden a esa situación, tales como el sistema familiar, el sistema de maestros, la terapeuta y el sistema de justicia, hacen frente a esta situación.
Me parece que pone a los adolescentes en una posición sumamente vulnerable, puesto que la serie afirma la narrativa dominante sobre los adolescentes: "La adolescencia es la peor etapa del ser humano", "Los adolescentes son difíciles de tratar", entre miles y miles de narrativas más que he venido escuchando desde que yo era adolescente, y ahora en mi espacio de terapia, nombrada por algunos de los adultos o cuidadores alrededor de ellos y ellas.
Si bien la serie hace ver algunas escenas en como este personaje adolescente trata a la terapeuta, como hace referencia a las mujeres y su manera de explotar ante la confrontación con los cuestionamientos en la terapia, considero que es una manera, de nuevo, de generalizar y poner el foco en que hay que temer de los adolescentes, que hay que estar con extrema precaución con ellos, como si fuesen armas peligrosas en este mundo, no negare que exista la posibilidad de que pueda pasar algo así en el mundo o en la vida de algún adolescente, e incluso si ha habido casos "famosos" sobre esto, pero aun así, pienso y creo fielmente que son personas extraordinarias, con una capacidad de entendimiento, sensibilidad, capacidad de cuidados hacia sus iguales, y que definitivamente no la tienen nada fácil afrontar esa etapa de la vida, por que justamente hay pocos espacios y pocos adultos que les miran y les escuchan con sensibilidad, con real y genuino interés en sus historias, en sus vivencias, en cómo hay ocasiones que ni siquiera ellos entienden que es eso que les pasa, porque por un lado se les dice; Ey ya no eres un bebé compórtate como grande!! Ey, ey, bájale, bájale, no me trates como si fueras un adulto, que aún eres un lep@!!! Entonces, este mensaje lo integran cómo; ¿Entonces cómo se supone que debo de comportarme? ¿Qué es lo que los adultos y adultas quieren y esperan de mí? No lo entiendo.
Miles de veces hay cuidadores que me dicen en la terapia: Tuve esta situación con ella o con él y dije: "¿Qué haría Naye en este momento?" ¿Qué le diría? Y hay miles de respuestas para esto, (yo no soy madre y no digo que esta labor sea fácil y definitivamente no me nubla la capacidad de entendiendo), y les digo; mírala, no la cuestiones como policía en el confesionario, interesante genuinamente en su vida, no minimices sus problemas diciendo "de que estás tu precupad@ si tu única responsabilidad es ir a la escuela" como si a su edad no le hicieran frente a sus propios dolores y enfrentamientos con sus iguales, escúchales pero con oídos gigantes no con oídos pequeños pensando en que consejo le daré aún que no me lo haya pedido, pon límites claros y amorosos también los necesitan, brinda ese refugio y sentido de pertenencia y con esto me refiero a que si mete la pata seas tú la primera persona en la que piense acudir a pedir ayuda y no en la primera que piense en que mentira debo de contarle para salir bien librad@, pregunta siempre, ¿esto te gusta, estás de acuerdo con esto, consideras que esto sería bueno para ti?? No pienses por ella o por él, no des por hecho nada, interesante en su mundo, aunque haya ocasiones donde te vea con ojos de fuchi; recuerda que está intentando descubrir su identidad preferida. Deja que falle, que se equivoque, pero teniendo siempre la seguridad de que estarás para ella o él.
Pudiera seguir escribiendo sobre eso miles de palabras más, y sé que muchos de ustedes al leerme no van a estar de acuerdo conmigo. No lo hago para convencerlos de nada, lo hago para posiblemente quitar el estigma de que la adolescencia es la peor etapa del ser humano; lo hago para que pensemos en que sí existen escenarios donde podemos relacionarnos con lo real de cada uno de ellos y ellas, que la mirada adultocentrista solo pone un muro entre ellos, ellas y nosotros los adultos.
Los invito a cuestionarse si las maneras en las que se vinculan con ellas y ellos son desde una narrativa dominante (son cerradas, simples y repetitivas, se protegen a sí mismas y deslegitiman a los otros, niegan tramas que compiten con ellas, ignoran o denigran los valores morales de los otros), o desde el cuidado amoroso, que genera posibilidades de colaboración, sensibilidad, honestidad, humildad y amor.