22/09/2025
Era un día común cuando me di cuenta de algo que siempre había estado presente, pero nunca lo había reflexionado: la gente sufre mucho debido a las relaciones. Desde las parejas que discuten por cosas pequeñas, hasta amigos que se alejan por malentendidos.
Recuerdo a una amiga que siempre se tomaba las cosas de manera personal. Si alguien le hacía un comentario, lo llevaba a su corazón y no podía dejarlo ir. Esto la llevaba a sentirse humillada y triste. A pesar de que intentaba seguir adelante, el pasado la mantenía atrapada. Cada vez que algo similar sucedía, revivía viejas heridas.
Un día, decidí hablar con ella. Le conté que la vida es demasiado corta para dejar que los demás nos afecten tanto. Le expliqué que todos tienen sus propias luchas y que, a menudo, lo que dicen no es un reflejo de nosotros, sino de ellos mismos.
Poco a poco, ella comenzó a comprender que podía elegir cómo reaccionar. Empezó a dejar ir esas viejas rencillas y a enfocarse en lo positivo. Aunque no fue fácil, cada pequeño paso la acercaba más a una vida más plena.
Así aprendí que, aunque las relaciones pueden ser complicadas, también podemos aprender a no tomarlas tan a pecho. Hay una vida mejor esperando, solo necesitamos tener la valentía de soltar lo que nos pesa.
Arlyn López
Psicóloga clínica
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