
25/04/2025
ASÍ ES COMO NACE LA INFIDELIDAD EN LOS HOMBRES Y EN LAS MUJERES.
Él se llamaba Andrés, llevaba siete años con Laura.
Al principio, todo era emoción, pasión y risas interminables.
Pero con el tiempo, la rutina se instaló.
Las conversaciones se volvieron predecibles, los detalles desaparecieron, y lo que antes era una conexión profunda, ahora era simplemente convivencia.
Un día, en el trabajo, apareció Sofía. Ella lo miraba con admiración, reía con sus bromas y le hacía sentir esa chispa que había olvidado. Andrés no buscaba ser infiel, pero sin darse cuenta, comenzó a disfrutar más los momentos con Sofía que con Laura. Al final, cayó en la tentación.
Por otro lado, estaba Carolina. Llevaba cinco años con Diego, un hombre que al inicio la llenaba de amor y detalles. Pero con el tiempo, Diego dejó de esforzarse. Ya no la miraba como antes, ya no le decía lo hermosa que se veía, y las conversaciones se limitaban a lo cotidiano. Un día, apareció Javier, un compañero del gimnasio que la escuchaba, la hacía sentir especial y le recordaba lo que era sentirse deseada. Carolina no planeó ser infiel, pero un mensaje llevó a una conversación más íntima, luego a un café, y después… a algo más.
¿CÓMO SUCEDE LA INFIDELIDAD?
La infidelidad rara vez comienza de la nada. No es que alguien se levante un día y diga: “Voy a engañar a mi pareja”. Todo inicia con pequeños vacíos emocionales, con la rutina desgastando la relación, con la falta de atención o la desconexión. Tanto el hombre como la mujer pueden ser infieles, pero las razones suelen ser distintas.
En muchos casos, el hombre es infiel cuando siente que ha perdido su importancia en la relación. Busca validación en alguien más, alguien que lo admire, que lo haga sentir poderoso. A veces, es simplemente el deseo de novedad, la emoción de lo prohibido, el juego de la conquista. Y así, sin darse cuenta, cruza la línea.
La mujer, por otro lado, suele ser infiel cuando se siente ignorada, cuando la conexión emocional con su pareja se ha roto. No es solo el deseo físico, es el deseo de sentirse amada, de volver a ser el centro de la atención de alguien. La infidelidad femenina suele nacer en la soledad, en la falta de comunicación y en la necesidad de sentirse valorada.
¿CÓMO ENGAÑAN?
El hombre, generalmente, es más impulsivo. Puede caer en la infidelidad por oportunidad, sin pensarlo demasiado. Suele hacerlo en la oficina, en redes sociales o en encuentros casuales. Suelen separar la emoción del acto físico y en muchos casos ni siquiera siente culpa… hasta que es descubierto.
La mujer, en cambio, es más estratégica. Puede tardar más en cruzar la línea, pero cuando lo hace, es porque ya se ha desconectado emocionalmente de su pareja. No busca solo el momento, sino el sentimiento. Y cuando encuentra lo que le falta, difícilmente regresa a su relación con la misma entrega.
La infidelidad no solo destruye relaciones, destruye personas. Lo que parece una emoción momentánea termina en caos, en corazones rotos, en familias separadas. Lo peor es que, al final, es una pérdida de tiempo. Porque el vacío que se intenta llenar con otra persona, tarde o temprano, vuelve a aparecer.
Si la relación ya no funciona, es mejor hablarlo, enfrentarlo y tomar decisiones con madurez. Pero vivir en la mentira, en el engaño, solo deja heridas que muchas veces nunca sanan.