21/11/2025
Como terapeutas, vivimos sosteniendo historias que no siempre son ligeras. Acompañamos duelos, heridas, vínculos rotos, dudas existenciales, síntomas... y má.
Sostener todo esto requiere presencia, claridad y mucha honestidad interior.
Esa claridad no aparece sola. Necesita que tú también te veas, que tú también te escuches, que tú también te acompañes.
Mi propio espacio terapéutico me permite reconocer mis límites, mis sombras, mis puntos ciegos… pero también mis recursos, mi creatividad y mi capacidad de acompañar sin quedarme atrapada.
Para acompañar a otros a volver a sí mismos, primero yo tengo que volver a mí.
Por eso hoy comparto este pedacito de mi vida, porque la psicoterapia no es solo un trabajo, sino que es una forma de vida.
Y para acompañar con verdadera presencia es importante reconocer que también somos humanas, que también sentimos, que también nos transformamos.