
15/08/2025
En un mundo donde las notificaciones no descansan, corremos el riesgo de olvidar que la conexión más valiosa no vibra en la pantalla, sino en el corazón.
Las redes sociales nos acercan a miles, pero a veces nos alejan de quienes tenemos a un lado. Nos muestran vidas editadas, pero rara vez nos permiten sentir lo hermoso de la presencia.
La salud mental se nutre de vínculos auténticos: una conversación sin prisa, una mirada que escucha, un abrazo que no necesita filtros. Estos momentos activan en nuestro cerebro hormonas como la oxitocina y la serotonina, que amortiguan la ansiedad y fortalecen nuestro bienestar emocional.
En la era de lo inmediato, detenernos a ESTAR con otro es un acto casi revolucionario. Porque no hay “me gusta” que sustituya el calor de una mano entrelazada, ni comentario que reemplace el poder de una carcajada compartida.
Cuidar nuestra salud mental también significa cuidar la calidad de nuestras relaciones. Y eso solo sucede cuando elegimos mirar menos la pantalla… y más los ojos de quien tenemos enfrente.