01/11/2022
De acuerdo a la cosmovisión mexica, el (“lugar de los mu***os”) era el nivel inferior de la tierra de los mu***os. El camino a este recinto, nos cuenta Bernardino de Sahagún en su “Historia general de las cosas de la Nueva España” era largo y peligroso: tenía nueve niveles verticales y descendentes.
“Y más dicen que al tiempo que se morían los señores y nobles les metían en la boca una piedra verde que se dice chalchihuitl; y en la boca de la gente baja, metían una piedra que no era tan preciosa, y de poco valor, que se dice texoxoctli o piedra de navaja, porque dicen que la ponían por corazón al difunto…”.
“Historia general de las cosas de la Nueva España” Bernardino de Sahagún
Si en vida tratas bien a los perros, tu alma podrá encontrar el descanso eterno, de eso se encarga el dios , quien enviará a un a ayudar al recién llegado difunto al Mictlán para superar la primera de las 9 pruebas, pero ojo, si no trataste bien a los perros durante tu existencia terrenal, te quedarás vagando por siempre.
También llamado Itzcuintlan o “lugar de perros”, este sitio estaba a la orilla de un caudaloso río, que el mu**to debía atravesar con la ayuda de un xoloitzcuintle de color pardusco.
“Y más hacían al difunto llevar consigo un perrito de pelo bermejo, y al pescuezo le ponían hilo flojo de algodón; decían que los difuntos nadaban encima del perrillo cuando pasaban un río del in****no (Mictlán; para los españoles de aquella época todo era del demonio o acto de brujería) que se nombra Chiconahuapan…”.
(Bernardino de Sahagún)
Se creía que el viaje duraba cuatro años y que, al llegar a Mictlán luego de haber superado todos los obstáculos, el alma del difunto era recibida por Mictlantecuhtli y Mictlancihuatl, las deidades del inframundo, quienes le anunciaban el final de sus pesares.