
13/07/2025
La alimentación emocional puede influir en nuestra salud mental y física, pero con conciencia y estrategias adecuadas, puedes gestionar tus hábitos alimenticios de manera saludable.
Si alguna vez te has encontrado buscando un bocadillo o comida, no porque tengas hambre, sino porque te hace feliz, es posible que hayas experimentado la alimentación emocional.
La alimentación emocional es cuando comes para sentirte mejor mentalmente, en lugar de satisfacer el hambre física. Esto suele ser una solución temporal y, aunque te sientes bien en el momento, muchas personas a menudo se sienten peor después. Esto se debe a que rara vez elegimos una opción saludable para llenar un vacío emocional, y el exceso de alimentos azucarados o grasos puede provocar malestar físico o sentimientos de culpa.
Hay muchas cosas que pueden detonar la alimentación emocional en una persona y hacer que alguien busque consuelo en la comida. Algunos detonantes comunes incluyen:
Estrés
Ansiedad
Culpa
Situaciones sociales
Miedo
Felicidad / celebración
Aburrimiento
Hábitos
Fatiga
Aprender a relacionar los antojos con uno de estos sentimientos o situaciones ayuda a reconocer la alimentación emocional antes de que comience, para que puedas hacer una pausa y tomar una mejor decisión.
La alimentación emocional puede influir en nuestra salud mental y física, pero con conciencia y estrategias adecuadas, puedes gestionar tus hábitos alimenticios de manera saludable.
Consciente Psic. Fátima GomLo