Psicoterapeuta Adriana Mora Amezcua

Soy Adriana, además de esposa y mamá, soy terapeuta con maestría en Terapia Gestalt y formación en Flores de Bach, Hipnosis Ericksoniana, Terapia Hakomi, Eneagrama, Bioenergética, PNL, hipnosis regresiva y reconstructiva y tratamiento de adicciones. Atiendo niños desde los 3 años, adolescentes, adultos y adultos mayores. Desde hace 17 años que estoy casada disfruto particularmente los procesos de

pareja, creo firmemente que es la base para fundamentar la familia y con esto, ir sanando nuestra sociedad. Mi trabajo cotidiano, mezclando las distintas edades que siempre me ha gustado atender, me mantiene despierta, creativa y consciente de todo mi proceso vital y el de todas las personas a las cuales acompaño. Esta es la razón por la que nunca quise excluir a ningún grupo de edad de mi labor o especializarme en una etapa de la vida en concreto, por lo que mi formación académica se focalizó en dotarme de técnicas terapéuticas mentales, emocionales, corporales y espirituales para acompañar al ser humano en todas las etapas de la vida, a la par que yo voy realizando este viaje de autoconocimiento para asumirme a mí misma desde todas mis facetas como persona. A través de mis 27 años de experiencia en psicoterapia, he vivido y crecido como persona a la par de todos mis pacientes que me han brindado su confianza para acompañarlos durante algún momento de su vida. La forma en que concibo mi labor es como si yo fuera una compañera de viaje, que funciona como un espejo neutral, amoroso y respetuoso para ayudar a las personas a conocerse a sí mismas, a ser más conscientes para que así, puedan aclarar el sentido de su vida y ser quienes verdaderamente son. Mi responsabilidad es mantener la neutralidad y cristalinidad del espejo que soy a través de mi propio Trabajo personal de autoconocimiento y autocrecimiento. La terapia entonces, desde mi punto de vista, no es solamente para las personas que atraviesan alguna problemática, sino para cualquier persona que busque tener paz en su interior y sentir la alegría y certeza de estar viviendo su vida con plenitud y consciencia.