05/10/2025
El trastorno bipolar desde la clínica psicoanalítica.
Desde el Psicoanálisis, el trastorno bipolar no se entiende únicamente como un desequilibrio químico o neurológico (como suele plantearlo la psiquiatría), sino como una manifestación del conflicto inconsciente que estructura la personalidad del sujeto. Freud y los autores posteriores lo abordaron desde el punto de vista del aparato psíquico, las defensas del yo y las relaciones con los objetos (otros significativos).
🌀 1. Freud: oscilaciones del narcisismo
Freud no habló directamente de “trastorno bipolar”, pero sí de melancolía y manía, conceptos que hoy se relacionan con los polos depresivo y maníaco.
En la melancolía, el sujeto dirige hacia sí mismo el odio que originalmente sentía hacia un objeto amado perdido. Es decir: introyecta el objeto perdido y se ataca a sí mismo (autorreproches, culpa, desvalorización).
En la manía, en cambio, se observa una negación triunfante de la pérdida: el sujeto se siente invulnerable, eufórico, con una sensación de omnipotencia. Freud decía que es como si el yo se liberara de la sombra del objeto perdido.
👉 Así, la bipolaridad sería una oscilación entre la identificación con el objeto perdido (depresión) y la liberación maníaca frente a esa pérdida.
⚖️ 2. Melanie Klein: la reparación y la posición depresiva
Klein profundiza este enfoque. Para ella, todos los seres humanos atraviesan dos posiciones psíquicas:
Posición esquizo-paranoide: donde se divide al objeto (bueno/malo).
Posición depresiva: donde se reconoce que el objeto amado y odiado son el mismo.
El sujeto bipolar, desde esta perspectiva, oscila entre ambas posiciones:
En la fase maníaca, intenta negar el dolor, la culpa y la pérdida, usando defensas maníacas (idealización, negación, omnipotencia).
En la fase depresiva, se enfrenta al sentimiento de pérdida, culpa y destrucción del objeto amado.
Por eso, la manía sería una defensa contra la depresión: una manera inconsciente de evitar el dolor psíquico.
🪞 3. Lacan: el fallo en el anclaje simbólico
Lacan no describe al bipolar como tal, pero desde su teoría del sujeto, podría ubicarse en un fallo del anclaje del sujeto en el registro simbólico.
En la manía, el sujeto puede “despegarse del significante del Nombre-del-Padre”, lo que genera un exceso de goce (jouissance) sin mediación simbólica, manifestado como euforia o verborrea.
En la depresión, ese goce se vuelve autoagresivo o mortífero, cuando el sujeto se confronta con el vacío del deseo y la imposibilidad de sostener su yo.
En este sentido, la bipolaridad se podría entender como una oscilación entre el exceso y el vacío del deseo.
❤️🩹 4. Comprensión terapéutica
Desde el Psicoanálisis, no se busca “eliminar los síntomas”, sino darles sentido dentro de la historia singular del sujeto.
Se indaga qué pérdidas, culpas o conflictos narcisistas están detrás de esas oscilaciones.
Se busca que el paciente pueda simbolizar lo que la manía o la depresión expresan a nivel inconsciente.
El objetivo es que el sujeto pueda poner en palabras lo que antes sólo podía manifestar a través de esos extremos emocionales.