
08/03/2025
Hoy, 8 de marzo, nos reunimos para conmemorar el Día Internacional de la Mujer, una fecha que no solo celebra nuestros logros, sino que también nos recuerda los desafíos que aún enfrentamos, especialmente la violencia de género.
Como mujer y como psicóloga, sé que la violencia contra la mujer no solo deja heridas físicas, sino también profundas cicatrices emocionales que pueden durar toda una vida. Desde nuestra labor, tenemos la responsabilidad de contribuir activamente en la prevención, atención y recuperación de quienes han sufrido esta violencia.
Podemos hacerlo brindando espacios seguros de escucha, ayudando a las víctimas a reconstruir su autoestima y autonomía, promoviendo la educación emocional desde edades tempranas y trabajando en la sensibilización de nuestra sociedad. La salud mental es clave para romper el ciclo de la violencia y construir relaciones basadas en el respeto y la equidad.
Pero esta lucha no es solo de las mujeres. Es una causa de toda la sociedad. Necesitamos aliados, políticas efectivas y un cambio cultural que nos permita erradicar la violencia de género desde la raíz.
Hoy, reafirmo mi compromiso como psicóloga y como mujer de seguir trabajando por un mundo donde ninguna de nosotras tenga que vivir con miedo. Porque el 8 de marzo no es solo un día de reflexión, sino un llamado a la acción.
Sigamos adelante, juntas y con determinación.