12/01/2025
Entre la autoexigencia y la procrastinación: un ciclo que nos agota.
A menudo, sentimos que deberíamos estar logrando más, cumpliendo con todo, pero al mismo tiempo, postergamos tareas que nos parecen abrumadoras. Esto nos deja atrapados en un círculo de culpa y frustración.
La clave no radica en exigirnos más, sino en aprender a ser compasivos con nosotros mismos. Priorizar acciones pequeñas y celebrarlas, en lugar de enfocarnos en lo que falta por hacer, eso marca una gran diferencia.
Recuerda, no necesitas hacerlo todo perfecto para sentirte valioso. Dale prioridad a tu bienestar, porque el progreso no siempre se mide en productividad, sino en cómo te sientes mientras avanzas.