22/10/2025
No es falta de actitud, es exceso de explotación.
A muchas personas les dicen que “todo está en la mente”, pero lo que realmente enferma no siempre está ahí:
son las jornadas laborales interminables, los sueldos que no alcanzan, la inseguridad, el transporte deficiente, la falta de tiempo para descansar o convivir.
Las causas del malestar no son solo individuales, son estructurales.
Y cuando las desigualdades se cruzan con el género, la carga se multiplica:
mujeres que hacen doble jornada entre el trabajo y el cuidado,
jóvenes precarizadas en empleos sin derechos, madres solteras sosteniendo hogares enteros con salarios mínimos, trabajadoras del hogar y cuidadoras invisibilizadas.
💢 No es casualidad que tantas mujeres estén agotadas: el sistema económico fue diseñado para sostenerse sobre su esfuerzo no remunerado y su silencio.
🌱 La parte positiva es que nombrarlo ya es una forma de resistencia.
Reconocer que no somos flojas, ni débiles, ni “negativas”, sino personas cansadas de sobrevivir a la injusticia, abre la puerta a exigir un modelo laboral más humano, justo y equitativo.
La salud mental también se defiende con justicia social, igualdad y derechos laborales.
Porque mientras la pobreza, la violencia y la desigualdad sigan siendo parte del día a día, el bienestar será un privilegio y no un derecho.