20/10/2025
Y tú sigues llamándolo amor.
Sigues contándote que no lo sueltas porque lo amas, porque nadie es perfecto, porque “así son las relaciones”.
Te repites que todo va a cambiar, que solo es una mala etapa, que si te esfuerzas un poco más, esta vez sí funcionará.
Pero no es amor cuando duele más de lo que calma.
No es amor cuando tienes que dejar de ser tú para que la relación funcione.
Cuando caminas con miedo a decir lo que piensas, o cuando cada gesto tuyo se mide para evitar una reacción.
No es amor cuando la paz se convierte en un lujo y el silencio en refugio.
A veces confundimos el amor con el apego, con la costumbre o con el miedo a estar solos.
Nos aferramos a la idea de lo que podría ser, en lugar de mirar con claridad lo que realmente es.
Y duele soltar, sí. Pero duele más quedarse donde ya no hay espacio para crecer.
El amor no debería hacerte dudar de tu valor.
El amor no te apaga, te impulsa.
No te encierra, te da alas.
El amor te acompaña, no te controla.
Y sobre todo, el amor te da paz, no ansiedad.
Si te reconociste en alguna de estas palabras, no te culpes.
Reconocerlo no te hace débil, te hace consciente.
A veces entender que no es amor, es el primer paso para comenzar a amarte de verdad. 🌿