20/09/2020
                                            CIERTO DIA, EL FÓSFORO LE DIJO A LA VELA : 
• Hoy te encenderé.
• ¡Oh no!, dijo la vela, tú no te das cuenta que, si me enciendes, mis días estarán contados; no me hagas una maldad de esas.
• ¿Entonces tú quieres permanecer así toda tu vida? ¿Dura, fría y sin haber brillado nunca? preguntó el fósforo.
• ¿Pero tienes que quemarme? Eso duele y además consume todas mis fuerzas, murmuró la vela.
Entonces respondió el fósforo:
 • ¡Tienes toda la razón!. Pero esa es nuestra misión. Tú y yo fuimos hechos para ser luz y lo que yo como fósforo puedo hacer es muy poco, mi  llama es pequeña y mi tiempo es corto. Pero si te paso mi llama, habré cumplido con el propósito de mi vida; yo fui hecho justamente para eso, para comenzar el fuego. 
Ahora, tú eres una vela y tu misión es brillar. Todo tu dolor y energía se transformará en luz y calor por un buen tiempo.
Oyendo eso, la vela miró al fósforo que ya estaba en el final de su llama y le dijo: 
• ¡Por favor, enciéndeme! 
Y así produjo una linda y brillante llama.
Así como la vela, a veces, es necesario pasar por experiencias duras, experimentar el dolor y sufrimiento para que lo mejor que tenemos surja, sea compartido y podamos ser LUZ.
Recuerda que "mar calmado no hace buenos marineros", los mejores son revelados en las aguas agitadas.
Entonces, si tuvieras que pasar por la experiencia de la vela 🕯 recuerda que servir y compartir el amor es el combustible que nos mantiene vivos.
¡Eres la luz del mundo y tu misión es irradiar esa luz!
Nunca olvides que siempre debemos ser luz. Una luz que guíe, no que opaque o ciegue.
(Tomado de la web)