
09/08/2025
ANSIEDAD PERSISTENTE Y SALUD DIGESTIVA
La ansiedad persistente y la salud digestiva están profundamente interconectadas a través de una compleja red de comunicación conocida como el "eje intestino-cerebro".
Esta conexión bidireccional significa que no solo el estrés y la ansiedad pueden afectar tu sistema digestivo, sino que los problemas digestivos también pueden influir en tu estado de ánimo y ansiedad.
El Eje Intestino-Cerebro: Una Autopista de Comunicación
El eje intestino-cerebro es una red de comunicación que une el cerebro con el sistema nervioso entérico, un sistema nervioso propio del intestino que controla la digestión. Esta conexión se lleva a cabo a través de:
Vías neuronales:
Principalmente a través del nervio vago, que es una autopista de información entre el cerebro y el intestino.
Vías hormonales:
El intestino es un gran productor de hormonas y neurotransmisores, como la serotonina, que desempeñan un papel clave en la regulación del estado de ánimo.
Microbiota intestinal:
Las bacterias que habitan en el intestino, conocidas como microbiota, producen sustancias químicas que pueden influir en el cerebro, el estado de ánimo y el comportamiento.
¿Cómo Afecta la Ansiedad Persistente a la Salud Digestiva?
Cuando experimentas ansiedad crónica, tu cuerpo activa la respuesta de "lucha o huida", lo que provoca una serie de cambios en el sistema digestivo:
Alteración de la motilidad intestinal:
La ansiedad puede acelerar o ralentizar los movimientos del intestino, lo que puede provocar diarrea, estreñimiento o calambres.
Aumento de la acidez estomacal:
El estrés y la ansiedad pueden aumentar la producción de ácido en el estómago, lo que lleva a indigestión, ardor y náuseas.
Cambios en la microbiota intestinal:
El estrés sostenido puede alterar el equilibrio de las bacterias en el intestino, generando un desequilibrio llamado disbiosis. Esto puede aumentar la inflamación y contribuir a una mayor sensibilidad al estrés.