04/12/2024
“ LOS SANADORES “
El sanador no es realmente un sanador porque él no es quién actúa. La sanación sucede a través de él; él solamente tiene que desaparecer. En realidad, ser un sanador significa no ser.
Cuanto menos eres, mejor es la sanación. Cuanto más eres, más bloqueado está el vehículo. Dios, o la totalidad, o como prefieras llamarlo, es el sanador: el sanador es el todo…
Una persona enferma es aquella que ha desarrollado bloqueos entre ella misma y el todo, y es por eso que está desconectado. La función del sanador es volverle a conectar. Pero cuando digo que la función del sanador es volverla a conectar no me refiero a que es el sanador quien tiene que hacer algo. El sanador es sólo un vehículo. Dios es el sanador.
El sanador está conectado con el todo, por eso puede convertirse en un vehículo.
El sanador toca el cuerpo de una persona enferma y se convierte en un enlace entre el paciente y la fuente. Si es sanador es una persona de conocimiento, que entiende el proceso, no sólo puede ayudar al paciente a sanar, sino que además puede ayudarle a que conectarse con la fuente de donde procede la sanación.
El sanador no trabaja por dinero, cobra porque de algo tiene que vivir, y porque quien recibe la Sanación tiene que dar forzosamente algo a cambio si no se vuelven deudores energéticos , pero su misión va mucho más allá, el trabajo que hace lo hace por amor y empatía,porque si hacemos conciencia de todo lo que arriesga con cada paciente, no hay dinero que alcance para pagar porque en muchas ocasiones arriesga su propia vida su salud mental y entiende que el pago que recibe muchas veces no es en moneda, si no que está en correspondencia directa con el universo.
El sanador no aprendió todo lo que sabe en la escuela, ni en libros, sabe que no necesita un título para realizar la misión que se le encomendó aquí en la tierra, sabe que su conocimiento es ancestral y viene en su cadena genetica, sabe que es su alma la que dirige y que ella ya conoce todo lo que tiene que conocer y sabe todo lo que tiene que saber, aprendió y creció a través de escuchar su cuerpo, de elegir siempre el amor antes que el odio, de aceptar y respetar todos los niveles de vida existentes, de ser valiente, de conocerse profundamente y sanarse y amarse a si mismo, de dedicar horas a la meditación y al trabajo con sus cuerpos energéticos.
El sanador arriesga su integridad física mental y emocional cada ves que acepta el colaborar con otro ser humano, ya que efectivamente hay ocasiones en que la energía densa es tan fuerte que se queda con parte de ella y luego él es el que se queda cargando con larvas, parásitos, entidades, egregores y todo aquello de lo que libero a su paciente, en ocasiones se quedan con larvas o entidades fuertes que lo drenan y tiene que buscar la manera de deshacerse de todo aquello para poder continuar con su labor, para poder continuar sanando
Si pudiéramos ver la energía, así se vería un sanador trabajando.