04/07/2019
Educa con amor 💕
Criando con amor.
Es natural que como padres esperemos siempre lo mejor de nuestros hijos y que al mismo tiempo vayamos proyectando en nuestra mente grandes planes para ellos siempre pensando que todo es "por su bien". La verdad de las cosas es que generar expectativas tan altas en nuestro proceso de crianza siempre será un pase directo a experimentar grandes frustraciones, frustración que muchas veces hace de la experiencia de crianza algo poco disfrutable tanto para los padres como para los hijos. Para evitar ser presas constantes de la frustración en el proceso de crianza es muy importante tener en mente que nuestros hijos son individuos en formación, es decir gozan de una individualidad que los hace únicos e irrepetibles y que al mismo tiempo los provee de una capacidad importante de interpretación de la realidad, por lo que es altamente probable que su forma de ir experimentado y comprendiendo el mundo no será afín a los planes e ideales que como papás nos creamos respecto de ellos. Pero ante tal situación ¿Cuál es el rol que como padres nos toca desempeñar con nuestros hijos? La respuesta es muy sencilla: debemos ser una guía, y ¿Qué es ser guía? Bueno, un guía es quien orienta no quien impone, guía es quien sugiere no quien decide, guía es ser un punto de referencia no un camino obligado, guía es quien disipa dudas no quien resuelve problemas. Como padres debemos siempre respetar la individualidad de nuestros hijos y orientarla a cosas positivas, debemos también tener presente que no podemos evitar el error y el fracaso en la vida de quienes amamos pues el errar es parte inherente del vivir y por lo tanto debemos romper con esa idea equivocada de ser absolutos en la vida de nuestros hijos ya que dicha idea afecta el proceso de crianza, de allí la razón de ser de personas dependientes e irresponsables consigo mismos, personas sin ánimo voluntario para la toma de decisiones, personas con baja autoestima entre otros muchos problemas que tienen presencia en la vida adulta. Por ello hoy y siempre como padres debemos siempre cuestionar desde el amor ¿Qué trabajo estoy haciendo con mi hijo? sin que ello implique un reproche y culpas, sino antes bien que sea un punto de partida para la reflexión y corrección de las deficiencias en nuestro proceso de crianza y también genere áreas de oportunidad para el cambio de acciones de manera oportuna. Lo cierto es que nadie nace sabiendo ser papá o mamá, también es cierto que no hay un momento idóneo para serlo, lo que si debe haber siempre es la disposición de hacer un mejor trabajo día a día. Papá, mamá que me lees no debes olvidar que en el querer está el hacer y siempre hay espacios que pueden orientarte en la hermosa labor de educar, si tienes dudas al respecto de un tema en particular puedes usar este espacio para exponer tus dudas.
Si éstas líneas pueden ser de utilidad a otros favor de compartir, de antemano ¡muchas gracias queridos lectores!