26/10/2024
Enamorados del enamoramiento
Qué bello es cuando nos sentimos enamorados. Hay una especie de exaltación, deseos de ver al ser amado, maripositas en el estómago, arrobamiento, ganar de estar cerca de él, o de ella. Necesidad de fundirnos uno en el otro, pensamientos de esperanza, de que estar juntos perpetuaría esas maravillosas sensaciones de placer y alegría; de motivación para vivir, los colores los vemos más intensos y el entorno se transforma en algo donde tiene que estar presente el ser amado.
Esas sensaciones maravillosas son la primera fase de un proceso de acercamiento en las parejas, que en ocasiones no prospera, y en otras sigue su curso hasta unirse para vivir juntos, ya sea de manera libre o contrayendo matrimonio. La siguiente fase, de formar una familia, empieza con la llegada de los hijos.
Cuando los enamorados se convierten en padres, y en responsables de sostener el hogar, enfrentan una realidad que no concuerda, la mayoría de las veces, con las expectativas que los llevaron a unirse. Ahora hay que trabajar para obtener el sustento y dentro del hogar para mantener el orden y la limpieza. A ello se añaden las novedades del embarazo, y luego la crianza, que es dulce y dura a la vez.
Prepararse para el nacimiento del hijo, relacionarse con la familia de origen, oponerse o permitir que intervengan en las decisiones de la nueva pareja; confrontar los hábitos de sueño de cada uno, de aseo, de orden o desorden, contrastar los miedos más escondidos en el subconsciente, las inseguridades, las expectativas de cada uno, que evidentemente son diferentes a la realidad, empieza a deslucir aquella pasión que los unió.
Y la pareja entra en crisis que puede derivar en una separación, un “tirar la toalla” porque no es esto lo que “tú me prometiste”, o ambos deciden seguir adelante con el compromiso adquirido y se entrenan en construir el amor que les permita aceptar a cada uno “tal como es”, no como se le imaginó.
A partir de ahí, mirar más allá de la apariencia, desplegar la belleza interna y poner en práctica su capacidad de amar y recibir amor, que cada ser humano posee.
Sólo así el enamoramiento se observa como una parte del proceso, de la creación del amor entre la pareja, necesario para volcarlo en los hijos y en la formación de un hogar que soporte los avatares de la vida.
Elegir quedarnos aunque hayan disminuido las maripositas en el estómago.
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