19/04/2025
Ser dentista y ser mujer: una lucha silenciosa que también merece aplausos
Nadie habla de lo difícil que es ser dentista siendo mujer.
De lo que implica entrar a un consultorio cargando no solo instrumental, sino también miradas que te ponen a prueba.
De tener que demostrar una y otra vez que sabes, que puedes, que mereces estar ahí.
Que tu título no es un adorno y que tu bata no necesita permiso.
Pocas veces se menciona el peso de ser profesional y, al mismo tiempo, cuidadora, madre, hija, pareja, jefa, empleada, sostén.
La presión de estar bien peinada, bien hablada, bien portada.
La forma en que a veces te dicen “doctora” con una condescendencia que duele más que si no te lo dijeran.
No se habla de los comentarios incómodos disfrazados de cumplidos.
Ni del miedo que sientes al terminar tarde en el consultorio.
Tampoco de la culpa cuando te ausentas por maternidad, como si fuera un lujo en vez de un derecho.
Pero aquí estás.
Sigues.
Resistes.
Te preparas más. Lees más. Operas con precisión. Cuidas con entrega. Enseñas con pasión.
Y cada día te abres paso en una profesión que todavía tiene mucho que aprender de ti.
Ser dentista y ser mujer no debería ser más difícil.
Pero mientras lo sea, al menos que no sea invisible.
📷 odontomeme