26/11/2025
El dolor de la pérdida no se agenda ni se calendariza; el dolor de las ausencias es constante y permanente. Las fechas son la medida tangible del paso del tiempo sin la persona amada y la evidencia de que tuvimos que continuar viviendo.
Las fechas en el calendario son un boleto a la melancolía del día cero, de ese momento donde la vida se detiene para uno por apenas unos segundos, donde todo cambia para siempre, donde tenemos que despedirnos de la parte física y, con ello, de la voz, de los abrazos, de los besos. El calendario y el reloj te hacen recordar y repetir la película más dolorosa, minuto a minuto, y te hacen recordar que estás aprendiendo a continuar, a amar de un modo diferente… un amor eterno.
Ya no los vemos, pero los sentimos. Ya no los vemos, pero están: están en nosotros, en sus recuerdos, en su trascendencia. Y es así como avanzamos en la vida, con un pedazo del alma roto, pero con los ojos al cielo y la certeza de que un día nos volveremos a encontrar.