Psiquiatría, Neuropsiquiatría y Psicoanálisis México

Psiquiatría, Neuropsiquiatría y Psicoanálisis México Dedicados a la atención de personas con padecimientos neuropsiquiátricos derivados de enfermedades neurológicas y neuroquirúrgicas

Somos un grupo de especialistas dedicados a la atención de personas con cambios en la conducta, ánimo o pensamiento, que se originan al padecer una enfermedad neurológica

🕯 10 de septiembre – Día Mundial para la Prevención del SuicidioEl suicidio, al igual que el homicidio, es una de las fo...
11/09/2025

🕯 10 de septiembre – Día Mundial para la Prevención del Suicidio

El suicidio, al igual que el homicidio, es una de las formas más extremas de la agresión y la violencia. Solo que en este caso, la violencia se vuelve contra uno mismo.

Y aunque pareciera un acto solitario, nunca lo es: deja preguntas sin respuesta, cicatrices invisibles y un silencio denso en quienes se quedan.

Pero…
¿Y si esas preguntas se pudieran hacer antes?
¿Y si la persona tuviera un espacio para hablar de lo que no puede poner en palabras?
¿Y si encontrara a alguien con los oídos abiertos, dispuesto a escuchar sin juzgar?

Prevenir no es evitar a toda costa. Es estar ahí. Escuchar. Acompañar. Abrir una pausa en el sufrimiento.

Silencios y confusión en sesiónEn ocasiones, la agresividad se vuelve contra el propio paciente.La mente se bloquea, el ...
05/09/2025

Silencios y confusión en sesión

En ocasiones, la agresividad se vuelve contra el propio paciente.

La mente se bloquea, el pensamiento se interrumpe y aparece la confusión.

El silencio prolongado en sesión puede ser vivido como vacío, pero en realidad es una forma en que la agresividad detiene el trabajo asociativo.

👉 En análisis, esos silencios se escuchan: no como fracaso, sino como mensajes que muestran cómo la mente se defiende y qué partes de la experiencia intenta proteger.

Lo que no se diceLa agresividad no siempre se expresa en palabras.A veces se manifiesta en lo que se calla: interrupcion...
04/09/2025

Lo que no se dice

La agresividad no siempre se expresa en palabras.

A veces se manifiesta en lo que se calla: interrupciones, evasivas, cambios bruscos de tema.

El silencio entre frases puede estar cargado de tensión, más que un insulto abierto.

👉 Escuchar la agresividad también es atender esos huecos en el discurso: ahí hay un mensaje que no pudo decirse, pero que se hace presente.

La agresividad explícitaEl amor y la agresividad son inherentes al ser humano: está en nosotros desde siempre.En el anál...
03/09/2025

La agresividad explícita

El amor y la agresividad son inherentes al ser humano: está en nosotros desde siempre.

En el análisis, puede hacerse visible en la forma de hablar: palabras duras, frases cortantes, ironía o descalificación.

Ese lenguaje no es un accidente: es la manera en que la agresividad busca hacerse escuchar.

👉 Más que intentar callarla, el análisis se detiene a preguntarse: ¿qué historia quiere contarnos esa forma de hablar?

No todo está perdido...La IA llegó para quedarse, y con ella viene una nueva forma de afrontar la realidad. La posibilid...
30/08/2025

No todo está perdido...

La IA llegó para quedarse, y con ella viene una nueva forma de afrontar la realidad. La posibilidad de delegarle tareas a un programa computacional que simula un pensamiento humano conlleva el riesgo de atrofiar la posibilidad de razonar, abstraer, sintetizar y recordar información si se usa en exceso.

Pero no todo esta perdido: escuchar a una chica de 20 años que detecta este fenómeno en sus compañeros, y que prefiere las clases donde se estimula el pensamiento crítico y el debate académico, me dice que aún hay esperanza

Más allá de la fantasía: una relación más libreCuando el libreto interno deja de dirigir la escena, la relación ya no es...
21/08/2025

Más allá de la fantasía: una relación más libre

Cuando el libreto interno deja de dirigir la escena, la relación ya no es una prueba que el otro debe aprobar. Se vuelve un encuentro. La satisfacción no depende de que alguien actúe “a la perfección”, sino de poder ver y ser vistos tal como somos.

¿Cómo se siente este cambio?
-Hay ligereza: menos vigilancia, menos necesidad de confirmar temores.
-Aparece curiosidad: pregunto antes de concluir.
-Surgen acuerdos posibles: no todo o nada, sino “suficientemente bueno”.
-Los límites no castigan: organizan y cuidan.
-La reparación importa más que tener razón.

Pequeños giros que abren espacio
-De “debes hacerlo así” → a “necesito esto, ¿cómo lo ves?”.
-De “otra vez me abandonan” → a “me sentí solo cuando no respondiste, ¿podemos hablarlo?”.
-De “si me critica, me destruye” → a “me duele, y quiero entender qué viste”.

Qué cambia en la práctica
-Tolero la ambivalencia: el otro puede cuidar y frustrar.
-Reconozco mis escenas internas sin imponerlas.
-Negocio expectativas en vez de exigir confirmaciones.
-Busco co-crear la relación, no usarla para remendar una herida a la fuerza.

Idea clave�El mundo interno no desaparece: dialoga con la realidad. Y en ese diálogo, las relaciones se vuelven más habitables. No perfectas, pero vivibles y reales.
La libertad aparece cuando el otro deja de ser un personaje de mi fantasía y puede ser una persona frente a mí… y yo, frente a él.

El papel del análisis: ver, nombrar, flexibilizarEl análisis no “elimina” las fantasías del mundo interno: las hace visi...
20/08/2025

El papel del análisis: ver, nombrar, flexibilizar

El análisis no “elimina” las fantasías del mundo interno: las hace visibles y manejables. Pasa algo clave: lo que antes operaba como un mandato invisible se vuelve pensable. Y cuando algo puede pensarse, puede modularse.

¿Qué ocurre en el trabajo analítico?

-Diferenciamos hecho y escena interna. “Llegó tarde” (hecho) vs. “me abandonan” (escena).
-Nombramos el libreto. Aparece el juez implacable, el salvador, el que abandona, etc. Ponerle nombre afloja su poder.
-Ubicamos su historia. ¿Cuándo aprendí que para estar bien el otro debe actuar “así”?
-Toleramos la ambivalencia. El otro puede cuidar y frustrar; no es todo bueno/todo malo.
-Pasamos de exigencia a deseo. De “debes cumplir mi papel” a “esto es lo que necesito y puedo pedir”.
-Ensayamos reparaciones. No perfectas, pero suficientes: pedir, aclarar, poner límites, perdonar, despedirse.

Pequeños giros que cambian escenas
-De “si me quisiera, tendría que…” → a “cuando pasa X, necesito Y. ¿Podemos hablarlo?”
-De “me criticó, me destruye” → a “me duele, pero puedo pensarlo y ver qué hay de útil”.
-De “si no controlo, me pierdo” → a “puedo poner un límite claro sin atacar”.

Señales de progreso
-Más tiempo entre estímulo y respuesta.
-Menos profecías autocumplidas.
-Más curiosidad por el otro y por uno mismo.
-Posibilidad de cambiar de guion a mitad de escena.

El análisis no borra el mundo interno; nos enseña a convivir con él sin que dirija toda la obra. Ahí aparece algo nuevo: relaciones más libres y vivibles.

Cuando la realidad no sigue el libretoEl mundo interno no solo escribe guiones: también intenta dirigir la obra. Sin dar...
18/08/2025

Cuando la realidad no sigue el libreto

El mundo interno no solo escribe guiones: también intenta dirigir la obra. Sin darnos cuenta, buscamos que la realidad “confirme” nuestras fantasías: interpretamos señales, hacemos pruebas, provocamos escenas… y ahí es donde aparece la tensión.

¿Cómo se ve esto en lo cotidiano?

El mensaje sin responder activa el libreto del abandono. En lugar de preguntar, aparece el reclamo o el silencio castigador. Resultado: distancia (y el guion se confirma).

Una crítica menor enciende el libreto del juez implacable. La respuesta es defensiva o hostil. Resultado: conflicto (y el guion se endurece).

Un límite sano despierta el libreto del control. Se interpreta como ataque y se contraataca. Resultado: escalada (y la escena se repite).

La paradoja es dolorosa: mientras más exigimos que otros actúen “como debe ser”, más nos alejamos de la satisfacción buscada. La fantasía promete alivio si el otro cumple el papel perfecto; en la práctica, genera frustración, malentendidos y profecías autocumplidas.

Pequeña brújula para detectar que el libreto está al mando:

- Reacciones desproporcionadas al hecho.
- Necesidad de que el otro haga “exactamente esto” para que yo esté bien.
- Sensación de déjà vu emocional: “otra vez la misma escena, con otra persona”.

El giro analítico comienza al diferenciar deseo de exigencia. Desear es legítimo y compartible; exigir que la realidad confirme el guion es lo que aprieta. Nombrar la escena abre un espacio: puedo pausar, preguntar, negociar, y permitir que el otro no sea un personaje, sino una persona.

Cuando bajamos el telón del libreto, aparece algo más vivo: la posibilidad de encuentros menos tensos y más reales.

Los libretos del mundo internoNos referimos a esos guiones afectivos que organizan, sin que lo notemos, cómo anticipamos...
16/08/2025

Los libretos del mundo interno

Nos referimos a esos guiones afectivos que organizan, sin que lo notemos, cómo anticipamos, interpretamos y reaccionamos ante los otros. No son inventos caprichosos: se van formando desde temprano con nuestras experiencias de cuidado, pérdida, celos, culpa y reparación. Con el tiempo, esas escenas quedan guardadas como una plantilla emocional.

Así, cuando alguien aparece en nuestra vida, sin darnos cuenta le asignamos un papel: el que salva, el que abandona, el que controla, el juez implacable, el niño perfecto, la madre que todo lo da. Y muchas veces empujamos (con palabras, silencios o gestos) a que el otro entre en ese rol, convencidos de que, si sigue el libreto, por fin llegará la satisfacción esperada.

El problema es que el libreto ordena la realidad antes de conocerla: selecciona lo que encaja, descarta lo que la contradice y nos hace repetir escenas viejas con actores nuevos.

-Frases internas tipo: “Si me quisiera, tendría que…”.
-Reacciones intensas que no corresponden del todo al hecho.
-Decepciones repetidas con personas distintas pero por “lo mismo”.
-Sensación de déjà vu emocional: “otra vez esta escena”.

Esto no es para culparnos: el libreto busca protegernos y asegurar afectos. En análisis, ponerle nombre a la escena ya abre una grieta: pasa de ser un mandato invisible a una hipótesis que puedo observar y, poco a poco, flexibilizar.

En el siguiente post: ¿qué ocurre cuando intentamos que la realidad siga el libreto al pie de la letra?

Dos mundos: el externo y el internoVivimos en dos planos a la vez. En el mundo externo, hecho de personas, objetos y hec...
15/08/2025

Dos mundos: el externo y el interno

Vivimos en dos planos a la vez. En el mundo externo, hecho de personas, objetos y hechos verificables. Y en el mundo interno, que —como planteó Melanie Klein— se organiza alrededor de fantasías inconscientes: escenas, expectativas y temores que dan sentido (y a veces distorsionan) lo que percibimos.

Estas fantasías no son “mentiras” ni simples imaginaciones: son guiones afectivos que nacen de nuestra historia temprana y de cómo hemos tramitado el amor, la pérdida, la envidia, la culpa o el cuidado. Funcionan como un lente: cuando miramos a alguien, no vemos solo a esa persona; vemos también el papel que nuestro mundo interno le asigna al otro (el que repara, el que abandona, el que controla, el que salva), y también el que nos asigna a nosotros (el que ofende, el que sufre, el que salva)

Por eso, ante el mismo hecho, dos personas pueden vivir realidades emocionales radicalmente distintas. La pareja que llega tarde puede ser para uno una ofensa imperdonable y, para otro, un contratiempo sin mayor peso. No es solo el hecho: es el guion interno que se activa.

En esta serie vamos a explorar cómo esos guiones moldean nuestras relaciones y qué ocurre cuando intentamos que la realidad siga al pie de la letra lo que el mundo interno dicta. ¿Qué se gana, qué se pierde y cómo el análisis abre espacio para mirar —y flexibilizar— esos libretos?

Hacer alianza con ambas partesEn el análisis, no se trata de forzar el cambio ni de eliminar las resistencias a toda cos...
13/08/2025

Hacer alianza con ambas partes
En el análisis, no se trata de forzar el cambio ni de eliminar las resistencias a toda costa.
Se trata de escuchar por qué están ahí, qué función cumplen, qué historia cuentan.
El proceso terapéutico avanza cuando se logra hacer una alianza no solo con la parte que quiere cambiar, sino también con la que se resiste.
Porque esa parte, aunque parezca un obstáculo, protege algo valioso para el aparato psíquico.

Cuando ambas partes pueden coexistir, reconocerse y dialogar —junto al analista—, se abren caminos nuevos para el deseo, el pensamiento y el cambio.

👉 El síntoma no se rompe: se transforma cuando puede ser comprendido.

¿Por qué alguien querría no cambiar?A simple vista, el sufrimiento parece algo que cualquiera querría dejar atrás.Pero e...
12/08/2025

¿Por qué alguien querría no cambiar?

A simple vista, el sufrimiento parece algo que cualquiera querría dejar atrás.

Pero en lo profundo, el síntoma no siempre es solo un problema: también puede ser un recurso psíquico.

A veces, sostiene una relación importante.
A veces, protege de una verdad dolorosa.
Otras, permite no responsabilizarse de ciertos deseos o elecciones.
El síntoma puede incluso dar identidad o sentido en un momento difícil.

Por eso, cambiar no siempre es fácil, aunque se desee conscientemente.
Hay motivos inconscientes que necesitan que las cosas permanezcan igual, al menos por un tiempo.

👉 En análisis, no se juzga esa contradicción: se intenta comprender por qué está ahí.

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