
23/07/2025
Las mujeres con padres ausentes a menudo se convierten en mendigas por amor, seguridad y protección.
Es desgarrador lo profundamente que invierten en otros, esperando que su amor sea devuelto, esperando finalmente sentirse elegidos, protegidos y visto.
Llevan un dolor silencioso, una herida invisible que susurra.... Tal vez si doy más, se queden. Tal vez si soy lo suficientemente bueno, me amarán.
Esta voz no proviene de quienes son hoy, sino de la pequeña niña dentro de ellos que seguía mirando por la ventana, esperando a alguien que nunca llegó.
Su amor se convierte en una moneda: comercian afecto, lealtad e incluso sus propias fronteras sólo para sentirse sostenidos.
Se dan de más, funcionan sobre y se disculpan de más, con la esperanza de que un día, alguien finalmente elija quedarse sin condiciones.
La ausencia de un padre no solo deja un vacío físico, crea vacíos emocionales que las mujeres a menudo tratan de llenar con parejas, amigos, o incluso extraños.
Pero lo que falta no es sólo una persona, es la creencia temprana de que son inherentemente dignos de amor sin tener que ganárselo.
A menudo se vuelve hiper-independiente, diciendo que no necesita a nadie.
Pero detrás de esa fuerza está el agotamiento: de llevar su propio dolor, de fingir que está okay de sobrevivir en un mundo que nunca le enseñó a recibir.
Cuando finalmente conozca el amor, puede que no sepa cómo confiar en él.
Su sistema nervioso no reconoce la consistencia. Se siente extraño. Incluso inseguro. Ella podría alejarlo antes de que tenga la oportunidad de sostenerla.
Esta mujer no está rota.
Ella es alguien a quien se le ha pedido que sea madre ella misma antes de ser verdaderamente madre. Ella es alguien que ha construido un corazón de cicatrices y silencio.
La curación para ella no viene de encontrar la pareja perfecta. Viene de encontrarse a sí misma. De conocer a la niña que hay dentro y decirle: "Ya no tienes que rogar más. Ya eres suficiente. ”
Cuando una mujer con un padre ausente comienza a reclamar su valor, deja de actuar por amor y comienza a atraerlo desde un lugar de verdad.
Su curación no es solo de ella, se convierte en una onda que toca a cada generación después de ella.
Y tal vez por primera vez, finalmente respira profundamente... no porque alguien se quedó, sino porque dejó de abandonarse.
Si perteneces a esta historia, conoce que la curación es posible.
Texto tomado de la web.