Temazcal comunitario Totekuhtli

Temazcal comunitario Totekuhtli Temazcal y medicina tradicional indígena

https://youtu.be/ler3C6vDo88
05/07/2022

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.ULAMA: EL JUEGO DE LA VIDA Y LA MUERTE. - (Versión Original en Español).ULAMA: THE GAME OF LIFE AND DEATH. - (Original Version in Spanish with English Subti...

El calendarioA pesar de que hacía mucho tiempo que los dioses Quetzalcoatl y Huitzilopochtli habían creado a los primero...
05/07/2022

El calendario

A pesar de que hacía mucho tiempo que los dioses Quetzalcoatl y Huitzilopochtli habían creado a los primeros seres del Omeyocan, éstos vivían desordenadamente bajo la luz indecisa del medio sol. Para ellos era más natural que, a mandato de su deseos, durmieran o se despertaban indistintamente, sin ritmo ni norma. Para ellos no existía ningún fenómeno que les hiciera normar su conducta. Los lapsos activos y los lapsos pasivos de su vida, eran irregulares; observando tal cosa, Quetzalcoatl, el dios de la inteligencia, decidió ayudarlos a seguir normas que rigieran su existencia.
Así que decidió a enseñarles ciertos misterios.

Cipactonal y Oxomoco acaban de despertar, se había efectuado el Omeyaliztli,
la marcha de dos, el matrimonio, la unión de dos personas. Estaban tan llenas de luz sus pupilas, que no habían tenido tiempo de mirar hacia lo alto. Por eso, después de mucho, sorprendieron allá en la inmensidad una luz blanca y brillante, y en contraste, una nube oscura que era toda sombra.

Cipactonal, sorprendido, exclamó:
¡Oh dioses! Dadme el entendimiento necesario para comprender este misterio, reveladme el significado de esto.

Y allá, como en eco, sorprendió voces:

-¡Esta es la luz que rasgando el cielo se despliega y vibra en el infinito!
-Yo soy la sombra, mi color no tiene luz, soy negra como las fauces del abismo.

Ha nacido la luz y la sombra, a la luz ha de seguir la sombra. En el Omeyocan habrá ciclos de luz y de sombra. Oxomoco guardaba silencio, Cipactonal anonadado bajó la cabeza sintiendo un tumulto de interrogaciones múltiples. En el corazón de la primera pareja, se clavó el temor… ¿qué significaba esa luz? ¿qué significaba esa sombra?

Oxomoco tomó en silencio su acaptelatl o calabaza, en la que guardaba los ocho maíces de colores que le dio el dios Quetzalcoatl para sus prácticas de adivinación.
Y como ella había sido ungida con el arte adivinatorio, ella podría leer el futuro, ella rasgaría las tinieblas del pasado así descubriría ese secreto que era sólo de los dioses. Mas cuando Oxomoco iba a arrojar al aire los granos mágicos, ante
ellos se presentó Quetzalcoatl, quien les hizo saber que los dioses le enviaban para descubrirles un gran secreto, pero que era necesario que primero les enseñara a reverenciar a los dioses. Así les enseñó a orar y después a hacer penitencia.
Le descubrió que la sangre que corría por su cuerpo era para los dioses como licor divino y que constituía la mejor ofrenda para las divinidades. Y Cipactonal y Oxomoco humildemente, no tardaron en ofrecer el primer sacrificio a los dioses del Omeyocan. Cipactonal se pinchó el cuerpo y las piernas, en cambio, Oxomoco sólo el lóbulo de las orejas.

Luego el dios los condujo a un lugar oculto, algo como una cueva misteriosa que el dios llamó Coatlan, en donde Cipactonal y Oxomoco se postraron sumisamente ante él. Ahí Quetzalcoatl les hizo saber que, con anuencia de sus poderosos padres, señores creadores, les iba a revelar el gran secreto. Y ante el asombro de los primeros semi dioses Quetzalcoatl habló ante aquellos del Omeyocan. Cipactonal, Oxomoco con la luz y la sombra, flecha luminosa y flecha negra, los dioses han creado el gran misterio del tiempo. El día que es luz, en consorcio con la noche, el día varón, casado con la noche, mujer.

“Y de esa unión de dos, de ese matrimonio ha de nacer el tiempo, como el matrimonio vuestro, Cipactonal, la luz y Oxomoco, la noche, de esos amores de la luz del día con las tinieblas de la noche nacerá Piltzintecutli, el hijo llamado tiempo.
Y desde ese momento se llamará el lugar donde vosotros, habitéis Omeyocualiztli, el génesis de la luz, la creación del tiempo, el sagrado camino que se llama eternidad.
Al día, se llamará Tonalli y a la noche Yohualli, y al tiempo Cauhitl. Vosotros por lo tanto, seréis las primeras criaturas que llevareís cuenta de los días.

-¿Cómo?, preguntaron

Por la sucesión de la luz y la sombra. El principio de Tonalli el día se llamara Iquiza, y al mediodía, Nepantla. El principio de Yohualli, la noche, se llamará Onaqui, y la media noche Yohualnepantla. La mañana se dividirá en dos tiempos, así como la noche. Luego se dividirá la mañana en ocho tiempos y la noche en ocho tiempos. Y a esos tiempos divididos se les llamará Izteotl-aquí está el dios.

Con veinte días se formará un mes y con trece meses un año de 260 días que se llamará Tonalamatl el año ritual. Y tú Cipactonal, y tú Oxomoco para llevar cuenta del día y de la noche, marcarán con ocho rayas rojas el día y con ocho rayas negras la noche y todo el día con dieciseis bolitas”. Luego Quetzalcoatl, se fue a reunir con los dioses, quienes estuvieron de acuerdo en que era necesario instruir a los semidioses del Omeyocualiztli, en vista de que ellos carecían de la noción de la luz y la sombra y por lo tanto del tiempo; lo que causaba desconcierto en los dos primeros seres creados, los cuales no sabían cuando deberían descansar, caminar, reverenciar, además los dioses felicitaron a Quetzalcoatl, el creador, por su acierto al darles a los primeros habitantes del Omeyocan, sólo los indispensables conocimientos, porque ya vendrían tiempos en que habría necesidad de proporcionarles la noción perfecta
de la división del tiempo ¡lo enseñado era bastante!...

PASO, CAMINO Y DANZO CON LA CUENTA DE LA ARMONÍA Teoría matemática del origen del universo y el orden de la cuenta del maíz en la danza de Anáhuac.

OxomocoCipactonal, el semi-dios del Omeyocan, iba y venía por los caminos azules. Era hermosa su figura, era ágil su and...
17/06/2022

Oxomoco

Cipactonal, el semi-dios del Omeyocan, iba y venía por los caminos azules. Era hermosa su figura, era ágil su andar y el movimiento de sus manos, gracioso. Cipactonal estaba silencioso, Cipactonal no hablaba ¿con quién podría hacerlo? Cipactonal estaba solo.

Quetzalcoatl y Huitzilopochtli, sus creadores guardaban silencio. ¿Sería conveniente que viviera solo como el dios viejo? Porque el dios viejo jamás tendría compañera, Tezcatlipoca y Camaxtle externaron su opinión. Nosotros tenemos padre y madre, el señor y la señora dos, el dios dual, nos crearon, los cuatro constituimos sus hijos verdaderos, los dioses principales. No es justo que destinemos a la soledad al primer hombre, un semidiós, hay que darle compañera. Pero nuestros padres temen que el nuevo ser, egoístamente, olvide su condición humilde, de semi-dios, forjado de materia y no de esencia divina, ellos temen que ensombrecido por los dones que se le han dado se olvide de darnos reverencia, aseguró Camaxtle.

Pero Quetzalcoatl, el siempre bondadoso dios, externó su pensamiento haciendo hincapié en que ese primer hombre tenía esencia divina, que no era justo que se le condenara cuando aún no actuaba, puesto que apenas empezaba a respirar.

Y Huitzilopochtli de acuerdo con su hermano blanco, aseguró que el hombre creado por ellos no podría vivir aislado del mundo, porque si se encontrara separado de éste, nunca podría utilizar sus poderes humanos y por lo tanto, él tendría que buscar por naturaleza la compañera, el ser afín, en la que volcaría sus sentimientos.

Quetzalcoatl y Huitzilopochtli convencidos de los razonamientos volvieron al taller sagrado, al Tlacapillacihualoyan, y se dieron a la tarea de crear a la compañera de Cipactonal. Los dos volvieron a dar vida a la materia, y perplejos quedaron cuando empezaron a formar el nuevo ser.

¿Era necesario que fuera igual a Cipactonal? ¿Debería tener los mismos atributos que él?

Huitzilopochtli pensaba que debía de ser el primer varón, con los mismos dones, en cambio Quetzalcoatl deseaba fuera diferente, más delicado, más hermoso, más perfecto.

Luego los dos, después de construido el armazón duro que sería
cubierto de madera suave, llegaron al acuerdo de que eran necesarias las diferencias, los contrastes, aptos para romper la monotonía de los seres.

Por lo que los dioses creadores, con exquisitez fueron forjando a la
compañera de Cipactonal, y cuando hubieron de haberla terminado, ambos quedaron satisfechos.

La silueta del nuevo ser era armoniosa, de piel tersa, de cabello
suave. Sus pupilas tenían más luz y sus labios carnosos sabían sonreír, toda ella era perfecta, rítmica.

Los dioses, alborotados, llamaron al instante a sus padres y a sus
hermanos, ¡ya tenía compañera Cipactonal!

No tardaron en llegar al taller sagrado, el señor Ometecutli y la señora Omecihuatl, así como el dios Tezcatlipoca y su hermano Camaxtle quienes quedaron complacidos con el nuevo ser creado, después de observar su figura y su cadencioso movimiento, el dios supremo creador habló:

El nuevo ser habrá de dar lo vivo que está en ella: la alegría, la comprensión, el conocimiento, la tristeza, ella llegará a saber que el amor es poder que genera amor y que es más grato dar que recibir.

Y la señora Omecihuatl, la señora dos aseguró. ¡Ella vivirá plenamente su ansias interiores!, sus afanes espirituales, haciéndolo con bondad y alegría. ¡Será fuerte ante el sufrimiento y la pena, tendrá equilibrio en la acción, en el pensamiento y en la emoción,
y sobre todas las cosas, será bondadosa y creadora!

Los dioses guardaron silencio, por la posesión de la partícula divina,
ese nuevo ser sería comprensivo, sería expresivo, sería diáfano su sentido del amor, será ella, será refugio, ayuda y estímulo. En la compañera del hombre se habían aliado alma y cuerpo y la
llamaron Oxomoco.

Y alagados con la obra perfecta de los dioses, con delicadeza, la
fueron a colocar en el Omeyocan, cerca muy cerca de Cipactonal.

Oxomoco iba caminando por los campos extensos del Omeyocan e iba pensando que todo lo que le rodeaba era hermoso, lo delicado de las nubes, el frescor del aire que respiraba, y ella embriagada de dicha, se sentía hermosa, se sentía delicada.

De pronto las nubes se estremecieron, era Cipactonal; Oxomoco apareció ante sus ojos y él quedó sorprendido, luego le preguntó:
—¿Quién eres?
—¡La mujer, tu compañera!
--¡Mujer, qué hermosa eres! ¡Tu belleza es etérea y casi transparente y en el interior de tu alma arde la flama! Este es el milagro de la creación.
--Y soy la fuente en que puedes calmar todas las angustias y endulzar todos los dolores.
—¡En tu cuerpo se reflejan todos los reflejos del fuego!
-—Dame la mano.
--Aquí la tienes.

Y los dos caminaron, los dioses expectantes los contemplaron.
Cipactonal parecía salir de un sueño.

¡Qué hermosa eres, primera mujer del mundo! Me siento atraído por ti, te comprendo, y sin embargo es difícil expresar el sentimiento que tengo por ti, te esperaba antes de saber tu existencia.

PASO, CAMINO Y DANZO CON LA CUENTA DE LA ARMONÍA Teoría matemática del origen del universo y el orden de la cuenta del maíz en la danza de Anáhuac.

17/06/2022
Adivinanzas y hechiceríasQuetzalcoatl y Huitzilopochtli, que se pasaban la vida vigilando a Cipactonal y Oxomoco obra de...
15/06/2022

Adivinanzas y hechicerías

Quetzalcoatl y Huitzilopochtli, que se pasaban la vida vigilando a Cipactonal y Oxomoco obra de sus manos creadoras, observaron desconsolados que era la ausencia de esperanza y temor lo que les hacía vivir sin zozobra, sin preocupaciones, carentes de estímulo.

Su existir era monótono. Tal cosa alarmó a los dioses.
Cipactonal y Oxomoco no eran dioses. Por tanto, ese desparpajo, esa impertinencia de no importarles nada no era atributo de semidioses, y tal cosa no podría ser aprobada por los habitantes del Omeyocan.

Fue por eso que Huitzilopochtli hizo saber a su hermano Quetzalcoatl que necesitaban hacer algo efectivo para que sus protegidos, no se creyeran dioses y tampoco se consideraban seres privilegiados, dueños y señores de todo, por lo que era necesario inculcar en sus almas la curiosidad por lo desconocido, por ese mundo tan alejado de ellos.

Desde que habían sido creados, se sentían dueños del Omeyocan, pero Cipactonal y Oxomoco sabían que no tardaba el instante en que los dioses, les dieran otro lugar donde pudieran vivir sus descendientes: así que, por tal cosa, los dioses creadores estimaron que era necesario que se les fuera incluyendo a los primeros habitantes del Universo, pues ellos siempre ignorarían los secretos del Universo, a pesar de que los dioses, al crearlos les permitieron conocer una parte mínima de este mundo.

Tenemos que hacerles comprender —decía Huitzilopochtli— que hay un misterio profundo que los rodea, y que las divinidades creadoras no pueden permitir que tan insignificantes seres conozcan los misterios que encierran los mundos mágicos de los dioses.

Y los dos, convencidos de la necesidad de limitar el conocimiento
del reino de los padres, los señores de la dualidad, fueron hasta donde estaba Oxomoco.

Oxomoco despreocupadamente miraba el confín. En sus pupilas no existía el temor ni la esperanza, no existía ni zozobra ni miedo, su existir era incoloro, sin espera.

Al ver a los dioses Quetzalcoatl y Huitzilopochtli apenas se movió. Aún no sabía reverenciar a sus creadores, y los dioses que por tal motivo la consideraron defectuosa, se acercaron a ella, ofreciéndole
unos granos misteriosos y desconocidos; granos blancos, negros, azules y rojos, que depositaron en sus manos al tiempo que le decían:

“Oxomoco, primera mujer creada, compañera de Cipactonal, hemos venido a buscarte para adiestrarte en el arte de la adivinación que te ayudará a conocerte y a defenderte, porque desde este momento, tendrás miedo a lo imprevisto.

Nosotros, los dioses Quetzalcoatl y Huitzilopochtli, te vamos a dar el precioso conocimiento que te ayude a saber el origen de ti misma.

Todos los caminos que esta nueva ciencia toma serán el producto
de la inquietud de saber qué es el hombre, qué puede lograr y cómo se puede realizar. Estos granos desconocidos te servirán para descubrir que hay colores mágicos y diversos medios de influir en la vida de los seres. Con el conocimiento de la ciencia que te vamos a transmitir podrás predecir el futuro, o descubrir las cosas por medio de agüeros y sortilegios. Tú tendrás el don divino de captar las cosas futuras, tú adivinarás con suertes, tú dominarás el hechizo y el maleficio, sabrás hacer daño, así como sabrás distinguir el daño, causado por los malos espíritus. Cautivarás la voluntad y con prácticas supersticiosas dominarás los elementos. Predecirás la suerte del hombre y con esta ciencia que te daremos marcarás el favorable o adverso signo que regirán los diversos aspectos de la vida, tú sabrás leer en el cielo el destino de los seres, tú adivinarás, por medio de agüeros, si se viviera feliz o nunca se conocerá la felicidad. En fin Oxomoco, obra nuestra, sabrás leer la suerte con los granos mágicos y misteriosos que te hemos dado y podrás interpretar las señales del cielo”.

Y a ella le dieron los dioses, ciertos granos de maíz, para que con
ellos curase y usase las adivinanzas y hechicerías.

PASO, CAMINO Y DANZO CON LA CUENTA DE LA ARMONÍA Teoría matemática del origen del universo y el orden de la cuenta del maíz en la danza de Anáhuac.

06/06/2022
06/06/2022

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«Rostro y corazón», metáfora matemática en la educación.En la interpretación matemática del número 13 de la metáfora del...
06/06/2022

«Rostro y corazón», metáfora matemática en la educación.

En la interpretación matemática del número 13 de la metáfora del idioma náhuatl se muestra el camino de la vertical ascendencia del ser humano a través de la representación corporal, donde la expansión de la energía interior del ser se indica en un recorrido escalonado de cualidad desde los tobillos hasta el corazón, representando una metáfora del crecimiento interior del individuo, como el florecimiento de la fortaleza del corazón, para transformar así, el rostro (itztli) en sabiduría que aspira a la suprema energía.

Esta aspiración colectiva de los pueblos de Anáhuac se refleja en la pretensión educativa de los tlamatinime a través del «humanismo» que se remarca en la expresión constantemente repetida en el idioma náhuatl: «In ixtli, in yóllotl», que traducido se refiere a «un rostro, y un corazón».

También el símbolo metafórico de la expresión «oztli ahmikiyan» se refiere al ascenso que un ser humano logra con la sabiduría que proporcionan la voluntad, la memoria y la inteligencia en la conducción cualitativa de la vida.

El corazón y el rostro son los puntos principales en donde se concentran las entidades anímicas de los seres humanos.
Son centros anímicos donde —suponen los especialistas— se concentran las fuerzas anímicas de sustancias vitales, y en las que generan impulsos básicos que dan movimiento y vida al organismo permitiendo que se realicen las funciones psíquicas.

Para lograr esta meta en los educandos surge la figura del *sabio* náhuatl, tlamatinime, y en su función de maestro, temachtiani, quien tendrá que lograr dos propósitos:

El primero; que se refiere a «hacer que los educandos tomen un rostro, lo desarrollen, lo conozcan y lo hagan sabio».
El segundo; desarrollar a un ser humanizado querido por la gente, «fortaleciendo su corazón».

Estos propósitos brindarán la enseñanza de: «…cómo han de vivir, cómo han de obedecer a las personas…cómo deben entregarse a lo conveniente, lo vertical o recto, como concepto de la conducta moral…»

Para incorporar eficientemente a los educandos al sistema comunitario se les preparaba con diferentes actividades que fortalecían la voluntad en el corazón de los seres en formación: la danza, la oratoria, los cantares del más elevado pensamiento filosófico de la creación; el tonalpohualli o «cuenta de la energía del ser humano»; la interpretación mitológica y de los sueños, entre otros son los más representativos, para efecto de este trabajo.

La misión, pues, del tlamatinime era la de hacer surgir en los humanos un rostro; como poner un espejo delante de ellos para hacerlos «cuidadosos y sabios».

Simbólico en el ser humano es su rostro; «espejo del alma» o de su crecimiento interior, fortaleza de su corazón, donde se reflejan sentimientos y emociones de una conducta vertical.

Everardo Lara González
PASO, CAMINO Y DANZO CON LA CUENTA DE LA ARMONÍA Teoría matemática del origen del universo y el orden de la cuenta del maíz en la danza de Anáhuac.

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