04/07/2025
SÍNDROME DE WERNICKE-KORSAKOFF: EL DAÑO CEREBRAL POR FALTA CRÓNICA DE VITAMINA B1 EN ALCOHÓLICOS
Olvidar lo que acabas de decir. Perder el hilo de una conversación que tú mismo iniciaste. Caminar con dificultad, ver doble, confundir el presente con recuerdos que nunca ocurrieron. No es demencia senil, ni un simple despiste. En muchos casos, detrás de estos síntomas está una carencia grave que daña el cerebro desde dentro: la deficiencia crónica de tiamina, también conocida como vitamina B1. Y cuando esto sucede, especialmente en personas con alcoholismo crónico, puede aparecer un trastorno neurológico devastador: el síndrome de Wernicke-Korsakoff.
Este síndrome en realidad abarca dos fases de un mismo proceso. Primero se manifiesta el encefalopatía de Wernicke, con confusión mental, descoordinación motora, visión doble y movimientos oculares anormales. Si no se trata a tiempo, esta fase aguda puede evolucionar hacia el síndrome de Korsakoff, caracterizado por amnesia profunda, falsificación de recuerdos (confabulación) y deterioro cognitivo severo. Lo más alarmante es que, en muchas ocasiones, estas alteraciones no se relacionan de inmediato con la alimentación, sino que se confunden con problemas psiquiátricos o demencias.
El alcoholismo es la principal causa, porque impide la absorción adecuada de tiamina en el intestino, además de reducir su almacenamiento en el hígado y aumentar su eliminación por los riñones. Y como el cerebro depende de la tiamina para convertir glucosa en energía, su déficit sostenido lo deja literalmente sin combustible, provocando lesiones cerebrales irreversibles.
El tratamiento, si se administra en etapas tempranas, incluye altas dosis de tiamina por vía intravenosa, hidratación, apoyo nutricional y abandono definitivo del alcohol. Pero si el diagnóstico se retrasa, el daño puede volverse permanente. Por eso es tan crucial reconocer las señales, mirar más allá del estigma y comprender que no se trata solo de alcohol, sino de un cerebro que se está apagando por dentro, lentamente, sin que nadie lo note.
Porque la memoria es frágil. Y en estos casos, no se borra por los años… sino por una vitamina que faltó demasiado tiempo.