17/08/2025
Domingo. Sobreviví la semana 🤣.
No se logró el objetivo que me había planteado.
Pero esta vez aprendí algo distinto: aceptar mis limitantes. Reconocer que hay cosas que no puedo hacer como otras personas, y que eso está bien.
Me esforcé, hice lo que pude, y aún así no salió como esperaba. Antes esto me hubiera llevado a la autoexigencia, la frustración y hasta la depresión. Toda mi vida cargué con la idea de no ser suficiente.
Esta vez fue diferente. Hablé con mi niña interior y le dije: “Está bien. No lo lograste, pero diste lo necesario, te esforzaste. No pasa nada. No importa lo que digan los demás, importa lo que tú sabes que hiciste”.
También comprendí que a muchos les gusta hablar de sinceridad, pero cuando se les dice la verdad, no la aceptan. Yo prefiero no prometer lo que sé que no podré cumplir, aunque eso me convierta en la “mala” de la historia.
Por primera vez lo acepté: a veces seré la villana cuando elija mi paz, mi tranquilidad y mi amor propio. Y aunque no es fácil, me di cuenta de que está bien.
Ser espiritual no significa complacer a todos. Significa sostenerse en lo que uno cree, incluso si eso me deja sola. Y, la verdad, hoy no me importa quedarme sola: disfruto de mi familia y, más que nunca, priorizo mi paz mental.
Ha sido una semana de reflexión y de cuestionamientos.
¿Y tú, qué aprendizaje te dejó esta semana