
25/06/2025
Los primos: espejos horizontales del árbol genealógico.
Desde la mirada de la psicogenealogía los primos no solo son parientes cercanos con quienes compartimos juegos, secretos o vacaciones en la infancia. Son reflejos horizontales de nuestras raíces, espejos de las historias no dichas, y cómplices en la misión inconsciente del árbol familiar.
A diferencia de los padres o abuelos, que representan figuras verticales de autoridad y herencia directa, los primos se ubican en el plano lateral del árbol. Este plano está cargado de resonancias emocionales paralelas, repeticiones de destino y pactos invisibles. Muchas veces, los primos son los que cargan lealtades cruzadas o repiten roles de tíos, tías o incluso de ancestros olvidados.
La relación entre primos puede revelar secretos del sistema familiar: herencias no resueltas, comparaciones silenciadas, rivalidades heredadas o alianzas protectoras que intentan equilibrar lo que alguna vez se rompió.
En familias donde hay conflictos no expresados entre hermanos (los padres de los primos), es común que los hijos (los primos) repitan esa dinámica sin entender por qué. De pronto, la cercanía entre primos se enfría, se convierte en distancia, o incluso en conflicto. Pero si se trabaja con conciencia, esa misma relación puede transformarse en una vía de sanación intergeneracional.
Los primos también nos permiten ver qué hubiera pasado si hubiéramos nacido en otra rama del árbol. Nos muestran posibilidades alternativas de crianza, temperamento y destino. Nos invitan a preguntarnos: ¿Qué parte de mí se está proyectando en este primo o prima? ¿Qué historia familiar intento entender a través de nuestra relación?
En síntesis, los primos en psicogenealogía son como portales horizontales que conectan historias paralelas dentro del mismo bosque familiar. Y al observarlos, no solo comprendemos mejor nuestras raíces, sino que también podemos ver reflejada otra versión de nosotros mismos.