
14/07/2025
¡ESTOY ATRAVESANDO POR UN MAL MOMENTO! SIENTO QUE TODO SE ESTÁ DERRUMBANDO… SIENTO QUE VOY A COLAPSAR… ESTOY CAYENDO EN UNA CRISIS... QUIERO ESTAR TRANQUILA NUEVAMENTE… ¿CÓMO PUEDEN AYUDARME?: ES MOMENTO DE APLICAR LOS PRIMEROS AUXILIOS PSICOLÓGICOS (O INTERVENCIÓN EN CRISIS)
“Ninguna persona, tratando de asumir la responsabilidad de su vida, debería estar sola. Debe haber otras personas entre las que podamos sentarnos y llorar, y aun así ser tomados como valiosos guerreros” Adrienne Rich
Explicado brevemente, los primeros auxilios psicológicos son la fase inicial del tratamiento psicológico que un profesional de la salud mental (calificado) pone en marcha para atender los problemas que pueda presentar el paciente que ha sufrido episodios de angustia, constante malestar psicológico o algún trauma. De igual manera, y de forma coloquial, suelen ser definidos como el conjunto de habilidades y conocimientos que se utilizan para ayudar a las personas a sentirse tranquilas y capaces de hacer frente a una situación de emergencia o crisis. Se trata de una primera intervención que tiene como objetivo brindar apoyo inmediato para que la persona restablezca su estabilidad personal a nivel emocional y físico.
Es importante tener presente que, pese a los avances científicos y el desarrollo de programas psicoterapéuticos especializados, los problemas de la salud mental no tienen por qué amoldarse a los ideales de condiciones de trabajo de los psicoterapeutas, y muchas veces, es necesario darle atención inmediata a la intervención. Aquí, ya se habla un poco más de la intervención en crisis, misma que tiene aplicabilidad en los desastres naturales, incidentes de tráfico, atentados terroristas, violencia doméstica, entre otros.
*Comúnmente, algunas claves de los primeros auxilios psicológicos pueden ser tomadas como referencia por parte del círculo social (ej. familiares) de la persona que ha sufrido alguna crisis, aunque, se debe tener en cuenta que este tipo de acciones no van a reemplazar el apoyo brindado por un psicólogo*
¿POR QUÉ SON ESENCIALES LOS PRIMEROS AUXILIOS PSICOLÓGICOS?
Como lo define el autor Karl A. Slaikeu: “Aprender este conjunto de técnicas es fundamental para saber cómo evaluar una situación, conocer cómo puede reaccionar una persona ante una crisis, cómo acercarse a alguien en peligro y contar con las herramientas necesarias para transmitir calma y apoyo”.
¿CÓMO SE PUEDEN DAR LOS PRIMEROS AUXILIOS PSICOLÓGICOS?
Las causas por las que una persona pueda requerir una intervención de primeros auxilios son variadas, entre las principales destacan el estrés, los traumas, los accidentes, la ruptura de pareja, la muerte de un familiar, el extravío de una mascota, la comunicación de una noticia desalentadora, el diagnóstico de una enfermedad terminal, entre otras. Como lo señala la Psic. Lidia Martín Torralba: “Los primeros auxilios psicológicos resultan indispensables para las personas que se ven más afectadas por los problemas que han vivido, de igual manera, contando que dichas situaciones hayan impactado gravemente en su salud mental”.
*Dentro del ejercicio profesional, los primeros auxilios psicológicos son conocidos también como la “intervención en crisis”, ya que se trata de un momento en el que el paciente se halla vulnerable y requiere una respuesta profesional rápida y eficaz*
El primer paso es poner en práctica la escucha activa. La escucha activa es una de las habilidades más importantes que debe poner en práctica cualquier psicólogo capacitado, esto abre la puerta al entendimiento de lo que busca transmitir el paciente o la persona afectada. Para escuchar activamente, debe existir la predisposición de entender las demandas del paciente y ayudarle con lo que esté necesitando. Como psicoterapeuta, recomiendo que durante esta primera fase de escucha activa no se emita ningún consejo o juicio, es el momento en el cual se debe dejar que la persona se exprese y logre desahogarse con total normalidad, es dar paso a que se comunique sin filtros ni tiempos.
El segundo paso consta en respetar los silencios. Los silencios son lapsos considerables dentro del diálogo de la persona y deben ser tratados con singular atención por parte del profesional de la salud mental (sobre todo si el paciente se encuentra en la situación de crisis o de enorme malestar emocional). Como lo expone el Psic. Enrique Parada Torres: “Todo buen psicólogo debe saber interpretar correctamente cada uno de los silencios de su paciente, ya que, mediante su análisis, se puede llegar a asimilar cómo la persona se está sintiendo realmente y en qué estado se ubica su salud mental”.
El tercer paso radica en asistirse de la comunicación no verbal. No hay más que explicar, es todo lo que expresamos sin hablar, así como todos los elementos del discurso de la otra persona que pertenecen al ámbito de lo no verbal. Es sabido que la propia presencia del terapeuta sirve como elemento terapéutico (siendo importante valorar el funcionamiento del mismo). Aquí se empieza por la postura adecuada y enfocada al paciente, una mirada comprensiva, atención precisa, gestos amables, entre otros. Como lo describe el Dr. Juan Manuel Fernández Millán: “Hacer uso de una buena comunicación no verbal nos permitirá apoyar de la mejor manera al paciente que está padeciendo, brindándole apoyo y ejerciendo un efecto terapéutico solamente con la mera presencia”.
El cuarto paso es el de prestar ayuda al necesitado. Basta con brindar ayuda a la persona que lo está pasando mal, pero también indicarle el tipo de ayuda que se le ofrecerá. Como lo declara el Psic. José Fernando Gómez del Campo Estrada: “El verbalizar la estrategia a la que se le dará seguimiento para ayudar a la persona también tiene un cometido terapéutico, así como constatar qué espera el paciente de uno)”.
El quinto paso es el de gestionar el llanto. Darle una adecuada gestión al llanto es otra de las formas en que los profesionales de la psicología brindamos una intervención en crisis de calidad. Como psicoterapeuta, puedo aseverar que la labor del psicólogo debe ser la de posibilitar las lágrimas en todo momento, y si es prudente, obsequiar un abrazo. Al igual que con el segundo paso, uno debe aprender a gestionar el llanto del paciente que está en un mal rato, además de favorecer que tenga “espacio” para explayarse (algo que tiene una gran función terapéutica en sí mismo). En el cristianismo se dice que “el llanto limpia y libera el alma”, aquí aplica lo mismo, ya que el llanto permite la catarsis, la relajación y ayuda a la consciencia, de vez en cuando, es bueno “bajar la guardia” y desahogarse.
El sexto paso es dar el correcto respeto al ritmo de cada persona. En consulta he notado que cada paciente vive su malestar emocional a su manera, ya que hay quienes son capaces de confiarse y expresarse directamente, pero hay quienes no lo toman tan fácil. Afrontando esto, el psicoterapeuta debe reconocer los tiempos de la persona en cuestión y adaptarse al ritmo (teniendo en cuenta de qué manera este asimila todo lo que ha pasado). Como lo recomienda el Dr. Alberto Fernández Liria: “Algunas personas pueden necesitar estar solas y, en esos casos, es importante que no se les avasalle, es decir, hay que dejar tiempo para alcanzar la sanidad. En ocasiones, la ayuda terapéutica puede ofrecerse simplemente acompañando y estando ahí, siempre que el paciente lo necesite, sin presionar ni forzar a nadie a que esté acompañado si no quiere”.
El séptimo paso es el de alargar la ayuda. Como lo externaba el Psic. Leopold Bellak (1916-2000): “En ocasiones puede ser de gran utilidad brindar un proceso terapéutico de ayuda psicológica al poco tiempo de haber ocurrido algún tipo de crisis de salud mental o el episodio traumático de la persona”. Las personas que recientemente han pasado por un período de malestar, trauma o tormento psicológico es posible que necesiten ayuda durante algún tiempo indeterminado. Como decía el Psic. Leonard Small (1913-1982): “Como terapeutas, nos corresponde brindar ayuda y hacer todo lo posible para que perezcan los pensamientos rumiantes, angustiosos o negativos sobre la tragedia que el paciente ha pasado”.
*Los profesionales de la salud mental, como psicólogos y psiquiatras, son los principales responsables de proporcionar los primeros auxilios psicológicos. No obstante, otros socorristas con formación en situaciones de crisis también pueden brindar este tipo de ayuda*
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