Un saber no sabido.

Un saber no sabido. Pienso donde no soy, luego soy donde no pienso.
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"El amor es siempre recíproco, aunque no siempre correspondido." Parafraseando a Lacan ¿A qué se refiere? Cuando habla d...
11/07/2025

"El amor es siempre recíproco, aunque no siempre correspondido."

Parafraseando a Lacan ¿A qué se refiere? Cuando habla de reciprocidad, no se trata de una reciprocidad afectiva, sino de una reciprocidad simbólica. En ese sentido, no se trata de “te amo → tú también me amas”, (reciprocidad afectiva) sino que más bien sería;
Te amo → (reciprocidad simbólica, tú entras en una relación simbólica conmigo), aunque no lo elijas. Por eso el amor es siempre recíproco.

En el último análisis, la brecha irreductible que separa un efecto de su causa equivale al hecho de qué no todo el goce ...
30/06/2025

En el último análisis, la brecha irreductible que separa un efecto de su causa equivale al hecho de qué no todo el goce femenino es un efecto de la causa masculina. Éste no-todo tiene que ser concebido precisamente en el sentido de la lógica lacaniana del no-todo: esto de ninguna manera implica que una parte del goce femenino no sea un efecto de lo que los hombres hacen a las mujeres.

En otras palabras, no-todo designa la inconsistencia y no un estado incompleto: en la reacción de la mujer, siempre hay algo imprevisto. Una mujer nunca reacciona como se espera; de repente, ella no reacciona a algo que, hasta ese momento, la excitaba fácilmente, sin embargo, ella se excita por algo que el hombre hacia la ligera, inadvertidamente la mujer no se entrega completamente el vínculo casual. Con ella, este orden lineal de la causalidad se rompe.

Slavoj Žižek, Lo ridículo sublime. El cine de David Lynch.

Retomemos la extraña o, incluso, grotesca experiencia de cuando tratamos de imaginar lo que pasa por debajo de la superf...
30/06/2025

Retomemos la extraña o, incluso, grotesca experiencia de cuando tratamos de imaginar lo que pasa por debajo de la superficie de un hermoso cuerpo desnudo: músculos, glándulas, venas, etc. En pocas palabras, nuestra relación con el cuerpo implica la suspensión de lo que se encuentra debajo de su superficie, y esta suspensión es el efecto de nuestro orden simbólico; sólo puede suceder a medida que la realidad corporal esté estructurada por el lenguaje. En el orden simbólico no estamos realmente desnudos, aún y cuando nos encontremos desvestidos, ya que la piel en sí funciona como la vestimenta de nuestro cuerpo. Esta suspensión excluye lo real de la sustancia-vital, su palpitación; una de las definiciones de Lacan de lo real es el cuerpo despellejado, la palpitación de la cruda carne al rojo vivo.

Slavoj Žižek, Lo ridículo sublime. El cine de David Lynch.

La novela de ciencia ficción de Peter Hoeg, La mujer y el mono, que significa el s**o con un animal como una fantasía de...
30/06/2025

La novela de ciencia ficción de Peter Hoeg, La mujer y el mono, que significa el s**o con un animal como una fantasía de una relación sexual completa, y es crucial que el animal sea por regla un macho: al contrario de la fantasía cyborg-sexual, en la cual el cyborg es siempre una mujer, es decir, en la cual la fantasía es la de una mujer máquina, el animal es un simio macho copulando con una hembra humana satisfaciendola plenamente. ¿no materializa esto, dos nociones vulgares estándar: aquella de la mujer que desea una fuerte pareja animal, una bestia, no un histérico impotente debilucho, y aquella del hombre que desea que su pareja femenina sea una muñeca perfectamente programada para satisfacer todos sus deseos y no ser viviente real? La fantasía fundamental subyacente implícita en estas dos escenas es, por supuesto, la insoportable escena de la pareja ideal (un simio copulando con una mujer cyborg).

Slavoj Žižek, Lo ridículo sublime. El cine de David Lynch.

En el capítulo 15 del seminario 11, Lacan introduce la misteriosa noción de la laminilla: la libido como un cuerpo, inco...
30/06/2025

En el capítulo 15 del seminario 11, Lacan introduce la misteriosa noción de la laminilla: la libido como un cuerpo, incorpóreo, y por esa misma razón, una sustancia vital indestructible que persiste más allá del circuito de generación y corrupción. No es accidental que los comentarios sobre este pasaje sean raros, inexistentes para todo propósito práctico. El Lacan con quien nos enfrentamos en este pasaje no tiene mucho en común con la usual figura del Lacan que reina en el terreno de los estudios culturales. La laminilla de Lacan es en palabras de Jacques-Alain Miller, Otro Lacan, un Lacan de la pulsión y no del deseo, de lo real y no de lo simbólico.

Slavoj Žižek, Lo ridículo sublime. El cine de David Lynch.

Las imágenes de catástrofes totales, lejos de dar acceso a lo real, pueden funcionar como pantalla contra lo real. Tanto...
30/06/2025

Las imágenes de catástrofes totales, lejos de dar acceso a lo real, pueden funcionar como pantalla contra lo real. Tanto en la política como en el s**o, nos refugiamos en escenarios catastróficos para evitar quedarnos realmente estancados, en la imposibilidad de la relación sexual o del antagonismo social.

Slavoj Žižek, Lo ridículo sublime. El cine de David Lynch.

Freud, quien intentaba mostrar como los celos masculinos patológicos implican un deseo homosexual no reconocido hacia la...
23/06/2025

Freud, quien intentaba mostrar como los celos masculinos patológicos implican un deseo homosexual no reconocido hacia la figura masculina con la cual pienso que mi mujer me engaña. Así llegamos al enunciado subyacente lo amo, mediante la manipulación/ permutación de la afirmación explícita de mi obsesión: yo lo odio (por qué amo a mi mujer a quien sedujo).

Slavoj Žižek, Lo ridículo sublime. El cine de David Lynch.

Éste es el enigma al que apela la noción Lacaniana del gran Otro: el gran Otro es la dimensión de la relaciones sociales...
23/06/2025

Éste es el enigma al que apela la noción Lacaniana del gran Otro: el gran Otro es la dimensión de la relaciones sociales y simbólicas no psicológicas tratadas como tales por el sujeto, en pocas palabras, la dimensión de la institución simbólica.

El sujeto mismo surge a través del desplazamiento de su más íntima experiencia de sí mismo hacia el orden simbólico cosificado. Esta es una de las lecturas del matema Lacaniano del sujeto, el sujeto Barrado,$: lo que vacia al sujeto es el hecho de estar privado de su más íntimo núcleo fantasmático que es traspuesto en el gran Otro cosificado. Por ello, no hay sujeto sin la institución simbólica mínimamente cosificada.

Slavoj Žižek, Lo ridículo sublime. El cine de David Lynch.

Femme FataleCuándo no se encontramos con esta estructura de la transgresión inherente, ¿cómo podemos salir de ella? Medi...
23/06/2025

Femme Fatale

Cuándo no se encontramos con esta estructura de la transgresión inherente, ¿cómo podemos salir de ella? Mediante el acto: un acto es precisamente aquello que perturba el vínculo pasional fantasmático renegado y aquello que deja al descubierto la transgresión inherente. Jacques Alain Miller propuso como definición de una verdadera mujer cierto acto radical: el acto de tomar del hombre, de su pareja, de borrar (incluso destruir) aquello que es (en él) más que el mismo, aquello que significa todo para él y a lo que se sujeta más que su vida misma, el precioso agalma alrededor del cual gira su vida.

Lejos de ser simplemente una amenaza a la identidad patriarcal masculina, la clásica femme fatale funciona como la transgresión inherente del universo simbólico patriarcal, como la fantasía masoquista-paranoide masculina, de la mujer explotadores sexualmente insaciable que simultáneamente nos domina y goza de su sufrimiento, provocándonos violentamente para que la poseamos y abusemos de ella (la fantasía de la mujer todo poderosa cuya irresistible atracción implica una amenaza no sólo a la dominación masculina sino a la identidad misma del sujeto masculino es la fantasía fundamental frente a la cual se define y se sostienen sí misma la identidad simbólica masculina).

La femme fatale permanece como una fantasía masculina: la fantasía de un encuentro con un sujeto perfecto disfrazado de la mujer absolutamente corrupta que sabe y desea totalmente lo que hace.

Slavoj Žižek, Lo ridículo sublime. El cine de David Lynch.

¿Por qué necesitamos aquí el psicoanálisis? ¿qué es aquí lo propiamente inconsciente? ¿será que los espectadores no está...
23/06/2025

¿Por qué necesitamos aquí el psicoanálisis? ¿qué es aquí lo propiamente inconsciente? ¿será que los espectadores no están completamente conscientes de los productos de su imaginación obscena?

Podemos ubicar la necesidad del psicoanálisis en un punto preciso: de lo que no somos conscientes no es de un contenido secreto profundamente reprimido, sino del carácter esencial de la misma apariencia. Las apariencias si importan: uno puede tener múltiples fantasías eróticas, pero lo que importa es cuál de ellas será la que se integre en el dominio público de la ley, del Otro.

Slavoj Žižek, Lo ridículo sublime. El cine de David Lynch.

“La ciencia, que ocupa el lugar del deseo, sólo puede ser una ciencia del deseo bajo la forma de un formidable. De inter...
15/04/2025

“La ciencia, que ocupa el lugar del deseo, sólo puede ser una ciencia del deseo bajo la forma de un formidable. De interrogación, y esto sin duda no deja de tener un motivo estructural.”

Es decir que la ciencia también toma a cargo una expectativa del lado del sujeto en lo que toca al deseo, sobre todo hoy donde la ciencia busca hacer existir, como decía Lacan en la tercera, la relación sexual, es decir, la ciencia busca desembarazarnos de lo imposible, mostrarnos que justamente podríamos encontrar el objeto de nuestros deseos y no desear más nada.

Hay algo aquí que toca la relación con los remordimientos e incluso la culpabilidad. Lacan lo evoca en este pasaje cuando nos dice de alguna manera que la cuestión del deseo esta tan tomada por la político como por la ciencia.
Por la política, en cuanto aparece un amo nuevo, nos habla de Alejandro magno, de Hi**er llegando a parís, cito;

"¿Qué proclama Alejandro llegando Persépolis al igual que Hi**er llegando a París? Poco importa el preámbulo: he venido a liberarlos de esto de aquello. Lo esencial es lo siguiente: continúen trabajando. Que el trabajo no se detenga. Lo que quiere decir: que quede bien claro que en caso alguno es una ocasión para manifestar el más mínimo deseo.
La moral del poder, del servicio de los bienes, es: en cuanto a los deseos, pueden ustedes esperar sentados. Que esperen.”

Es decir, la moral del poder es hacer trabajar a todo el mundo y dejar de lado la dimensión del deseo. A nivel del amo es que las cosas funcionen, del lado de la ciencia, implicaría empujar a lo más lejano, a los límites de lo posible y una vez que esto se realiza (aquí es donde aparecen los remordimientos de Oppenheimer) aparece la angustia del sabio, la angustia del científico, ‘que horror que he producido, he producido la bomba atómica.’

La angustia y culpa del científico aparece como una racionalización, como si descubriera algo que no supiera desde el principio, y este horror, estos remordimientos de no haber cedido a su deseo no de saber, porque no se trata de un deseo de saber, sino de un deseo de manipular lo real llevándolo justamente a darnos el código que anima lo real como posible para poder, a partir de este saber que traduce el código que anima lo real, domesticarlo, domarlo y hasta cierto punto hacerlo desaparecer.

Todo amor conlleva una traiciónEsto forma parte del paquete cuando uno se enamora pero no lo sabe. Entonces el otro trai...
15/04/2025

Todo amor conlleva una traición

Esto forma parte del paquete cuando uno se enamora pero no lo sabe. Entonces el otro traiciona porque no se encuentra, no responde a las exigencias, a las expectativas que el amor mismo nos hace suponer.

Evidentemente todo esto se reproduce en el amor de transferencia con la relación con el analista y podríamos decir que si el analista ocupa otro lugar de partenaire amoroso es porque es aquel que le permite al sujeto vislumbrar y nombrar cual será la traición en juego, es decir, que el sujeto mismo nombre la dimensión de traición que el amor conlleva para él.

No es entonces que el analista traicione el amor de transferencia que el sujeto proyecta sobre él y que le permite analizarse sino más bien que frustra y mejor dicho, no responde al amor en la misma dimensión que la transferencia lo propone, justamente es por esta frustración que se confronta al sujeto a su dimensión amorosa y a la eventual traición del otro que esta dimensión amorosa conlleva.

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