
30/04/2025
Querida yo de niña:
Te escribo desde el futuro, con una mezcla de ternura y orgullo. Quiero que sepas que ya casi logras todo lo que soñabas. Todos esos deseos que guardabas en silencio, esos anhelos que a veces parecían imposibles... están tomando forma.
No fue fácil. Lloraste, dudaste, te caíste muchas veces. Pero nunca dejaste de avanzar. Esa fuerza que llevabas dentro —aunque no siempre lo supieras— fue tu motor. Cada pequeño paso te trajo hasta aquí.
Y hay algo que quiero contarte que te hará sonreír: ¡lo lograste! Te convertiste en doctora, justo como soñabas. Estudiaste con pasión, luchaste contra el cansancio y el miedo, y al final, valió la pena. Estás ayudando a otros, tal como querías.
En el camino también hubo despedidas. Algunas personas se quedaron atrás, y otras se fueron para siempre. Tus abuelos, esos que tanto te amaban, ya no están físicamente, pero sus enseñanzas y su amor te acompañan cada día. Los extrañas, y está bien. Su ausencia duele, pero también te recuerda cuánto fuiste amada.
A pesar de todo, hubo una presencia constante: mamá. Siempre estuvo ahí. En los días buenos y en los días más oscuros, con sus palabras, sus silencios, su fuerza y su amor incondicional. Nunca soltó tu mano, y gracias a ella, hoy estás de pie.
Lo más hermoso es que, a pesar de todo, sigues siendo empática. No perdiste esa capacidad de ponerte en el lugar del otro, de escuchar con el corazón y acompañar con ternura. Esa niña sensible que eras, sigue viva en ti, solo que ahora tiene más herramientas para hacer el bien.
Gracias por no rendirte. Gracias por soñar en grande, incluso cuando parecía que no había razones para hacerlo. Estoy trabajando cada día por ti, por nosotras. Y lo mejor es que aún hay caminos por descubrir, metas nuevas que tal vez ni imaginaste.
Sigue soñando. Todo va a estar bien.🙏🏻✨
Con amor,
Tu yo adulta❤️