26/08/2025
Se detuvo tres veces en medio de una carrera de 100 km… para amamantar. Y aun así, ganó. En mayo de 2025, Stephanie Case se presentó en Gales para correr 100 kilómetros. No era una corredora más: era su primera carrera en tres años, después de enfrentar infertilidad, pérdidas y un largo tratamiento de fertilización in vitro. Y lo hacía siendo mamá de una bebé de seis meses.
Su plan no era ganar… sino reencontrarse con la mujer que era antes de las pausas, las lágrimas y los hospitales. Pero Dios tenía otro plan.
Salió media hora después que las líderes. Se detuvo tres veces a amamantar a Pepper en los puntos de abastecimiento. Y, aún así, fue alcanzando y rebasando a todas, hasta cruzar la meta en primer lugar de la categoría femenina, con un tiempo de 16 horas, 53 minutos y 22 segundos.
Cuando sonó la salida, no estaba en la primera ola de corredoras… sino 30 minutos después. Pero no parecía importarle. Avanzó, trepó montañas, cruzó senderos… y en tres puntos clave, se detuvo, tomó a su bebé en brazos y la alimentó. Sin prisas. Sin culpa.
Aun así, su paso fue tan firme que terminó alcanzando a todas. Cruzó la meta en 16 horas, 53 minutos y 22 segundos, en el primer lugar de la categoría femenina.
Stephanie lo dijo sin rodeos: “No competí para ganar. Quise disfrutar… y cuidar de mi hija”. Pero en ese equilibrio encontró la fuerza para lograr ambas cosas. Para ella, fue la prueba de que la maternidad no apaga los sueños, sino que les da un nuevo motor.
En la vida, muchas veces creemos que debemos dejar de lado nuestros sueños para cuidar lo que amamos. Pero Dios nos enseña que, con fe y determinación, podemos correr las dos carreras: la de los logros y la del amor.
Haz que esta historia le llegue a quien piensa que ser mamá significa renunciar a lo que ama.
IMPORTANTE:
Basado en un hecho real ocurrido en Gales, documentado por medios como BBC News, The Independent y Runner’s World. Esta versión ha sido adaptada con un estilo narrativo emocional para fines de reflexión y conciencia.