08/09/2025
El inconsciente, aunque se lo desconozca, actúa en nosotros y sólo después nos enteramos de ello por las consecuencias.
Nos conduce a lugares, pensamientos y goces que creemos ajenos a nuestra persona, que parece una confusión, o que atribuimos al famoso destino.
Miller comenta que “la manera de obrar del inconsciente les prohíbe, en efecto, invocar su buena fe, su buena intención, su alma bella. ‘No quise esto’, no vale la absolución. Sí, lo que hiciste, o que resulta de lo que hiciste, lo quisiste, porque lo que quisiste no lo sabes. Te lo enseñan las consecuencias. El hombre está condenado a no saber más que a posteriori lo que quiso”.
En este texto, señala que no hay liberación posible de las consecuencias de las tonterías del sujeto del inconsciente, y que esto se opone a la ética de la intención, que siempre pretende hacer del sujeto un inocente: “El inconsciente quiere decir: tus intenciones amables, tus ideas (…), todo eso es un disfraz. Son las consecuencias las que pesan, y de las que eres responsable”.
Por eso, en tanto sujetos del inconsciente, es preciso “descifrarlo”, leerlo, para no quedar a merced de un destino que se escribe sin darnos cuenta, guionado por la repetición del inconsciente.
Como decía Lacan, “De todos los errores, el de buena fe es el más imperdonable” (Escritos 1).
📚 La frase de Miller fue extraída del “Fragmento de Cartas a la opinión ilustrada (Tercera Carta)”
desde la pagina Psicoanalisis Lacan Freud ;https://www.facebook.com/photo/?fbid=1451666226262728&set=a.340611154034913