29/07/2023
Hace un tiempo, solía sentirme preocupado por la aceptación y el reconocimiento de los demás hacia mi trabajo y mis pensamientos. Es natural querer ser valorado y apreciado, pero me di cuenta de que dedicar demasiado tiempo a preocuparme por lo que los demás pensaban de mí estaba limitando mi autenticidad.
Fue un proceso de autodescubrimiento el que me llevó a comprender que no todos comprenderán mi manera de pensar y mucho menos mi forma de sentir. Y eso está bien. Todos somos seres únicos y, en lugar de intentar encajar en expectativas ajenas, decidí abrazar mi individualidad y compartir mi verdad con el mundo.
Al hacerlo, aprendí que la verdadera libertad reside en ser fiel a mí mismo y a mis principios. Decidí ser genuino en mi contenido y en mi forma de expresarme, sin temor a ser juzgado. Descubrí que cuando te permites ser auténtico, atraes a personas afines que valoran y respetan tu perspectiva.
Claro, al principio fue desafiante, pero poco a poco liberé mis inseguridades y me liberé de la necesidad de agradar a todos. En su lugar, me enfoqué en crear contenido que reflejara mi pasión y mis valores, y me sorprendí gratamente al ver cómo mi audiencia comenzó a crecer de manera más auténtica y sólida.
Hoy en día, aprecio los comentarios positivos y las interacciones significativas con aquellos que encuentran valor en lo que hago. Y para aquellos que no conectan con mi trabajo, simplemente lo acepto como una oportunidad para crecer y mejorar.
El camino hacia la aceptación propia y la confianza en mi voz no fue fácil, pero me ha brindado una sensación de libertad y empoderamiento que nunca había experimentado. Así que, si alguna vez sientes que tu autenticidad no es comprendida, recuerda que la verdadera conexión con tu audiencia vendrá cuando te atrevas a ser tú mismo sin reservas.
Así que, ¡aquí estoy, abrazando mi autenticidad y compartiendo mi voz única con el mundo! ¡Espero que tú también te atrevas a hacerlo y descubras la increíble libertad que trae consigo!