27/09/2025
También las mujeres de nuestro sistema tienen heridas...
Heridas que no comenzaron con ellas, pero que han llevado en silencio.
Heridas que vienen de madres, abuelas, bisabuelas…
De historias no contadas, de amores imposibles, de pérdidas no lloradas, de roles impuestos.
Desde la mirada de las constelaciones familiares, entendemos que muchas de nuestras emociones, decisiones y formas de vincularnos en pareja no nacen solo de nuestra experiencia, sino de una profunda lealtad al sistema.
A veces repetimos el dolor de una mujer que vino antes.
A veces cargamos con lo que no nos corresponde, por amor ciego.
Hoy, al mirar esta imagen, honramos a esas mujeres.
Reconocemos su fuerza, su lucha, su silencio.
Y les decimos: “Gracias. Lo veo. Lo tomo. Y ahora lo dejo ir.”
Porque sanar no es olvidar.
Sanar es mirar con amor, tomar lo que nos fortalece y liberar lo que ya cumplió su función.
Ya sobreviviste antes… y volverás a hacerlo…
Esta vez, con conciencia sistémica, con respeto por tu linaje, y con el corazón dispuesto a amar diferente.