11/11/2025
Hoy hablamos con ustedes de ¿Qué es “neurodivergencia”? Un término muy popular hoy en día.
El término neurodivergencia surge en movimientos sociales y no en la ciencia psicológica. Se utiliza para describir formas de funcionamiento neurológico que se apartan de lo “neurotípico”, como en casos de autismo, TDAH, dislexia, Tourette, entre otros.
Es una categoría sociopolítica, no clínica: busca desestigmatizar la diferencia y promover derechos e inclusión.
Desde la ciencia de la conducta, sin embargo, no se reconoce “la neurodivergencia” como una variable explicativa; es decir, no tiene poder causal.
No hay evidencia empírica sólida que demuestre que exista una “divergencia neurológica” como entidad discreta o medible que explique el comportamiento de las personas que entran en esa categoría.
Es más bien una metáfora útil en ciertos contextos sociales y políticos, pero no un constructo funcionalmente preciso.
Para el conductismo radical, el comportamiento (sea cual sea) no se explica por estructuras internas o etiquetas, sino por la historia de aprendizaje y las contingencias de reforzamiento en interacción con el ambiente.
Decir que alguien es “neurodivergente” no explica su conducta; simplemente describe un conjunto de patrones observables que difieren de la norma estadística o culturalmente aceptada.
Lo que interesa clínicamente es el análisis funcional de esos patrones:
¿Qué funciones cumplen?
¿Qué los mantiene o refuerza?
¿En qué contextos aparecen?
¿Cuáles amplían o restringen la vida del consultante?
Así, el enfoque cambia de “tiene TDAH” o “es neurodivergente” a “su patrón de atención y acción está moldeado por contingencias que favorecen la búsqueda de estimulación constante, la evitación del aburrimiento o la dificultad para sostener tareas de bajo refuerzo inmediato”.
Por su parte ACT no busca normalizar la conducta, sino aumentar la flexibilidad psicológica.
Una persona que se nombra “neurodivergente” puede encontrar en esa etiqueta una narrativa que reduce la autocrítica y aumenta la autoaceptación, lo cual es valioso si favorece la acción comprometida.
El trabajo terapéutico se centra en ampliar el repertorio conductual, no en eliminar lo que la etiqueta describe.
Por ejemplo:
Si alguien con diagnóstico de TDAH aprende a actuar desde sus valores aun con impulsividad o dispersión, está en proceso de cambio funcional.
Si alguien con autismo aprende a contactar su entorno sin renunciar a su forma particular de percibirlo, también.
En ACT, la pregunta no es “¿soy neurodivergente?”, sino “¿esto que hago me acerca o me aleja de lo que realmente valoro?”
En consulta, muchos consultantes llegan fusionados con etiquetas (“soy neurodivergente, por eso no puedo…”).
El trabajo conductual es desfusionar la identidad de la etiqueta, reconocer su posible utilidad (validación, comunidad, comprensión), pero no permitir que funcione como una regla limitante o una excusa conductual.
Funcionalmente, el terapeuta analiza cómo el uso de la etiqueta:
Puede servir como evitación experiencial (“no hago esto porque soy neurodivergente”).
Puede funcionar como refuerzo social (“encuentro aceptación y pertenencia en el grupo que comparte esta identidad”).
Desde ahí, el objetivo no es discutir la etiqueta, sino observar su función y su efecto en la vida del consultante.
La sociedad opera con normas de reforzamiento que valoran ciertos estilos de atención, comunicación y productividad. Por eso, muchas personas con repertorios distintos sufren castigos y extinciones sociales continuas.
Desde el enfoque conductual, el reto no es “normalizarlas”, sino modificar las contingencias sociales para que la diversidad conductual sea viable y reforzada.
Entonces:
“Neurodivergencia” no es una categoría científica, sino social. Puede tener valor pragmático y político, pero no explica conductas. El análisis funcional permite entender los comportamientos en contexto sin apelar a etiquetas internas. Desde ACT, lo importante es actuar en coherencia con los valores, no en defensa o contra de una identidad diagnóstica. En clínica, trabajamos con funciones, no con nombres categóricos etiquetando personas.