09/08/2025
"REANIMACIÓN CARDIOPULMONAR EN URGENCIAS: LO QUE SABEMOS AHORA"🫁🫀
🔵La reanimación cardiopulmonar (RCP) sigue siendo el pilar del tratamiento en paro cardíaco, pero hoy se entiende mejor que no se trata solo de compresión, sino de perfusión eficaz.
🔵Se recomienda una frecuencia de compresiones de 100–120/min y una profundidad de 5–6 cm, con retroceso completo entre cada una.
🔵Las compresiones torácicas de alta calidad se asocian con mejores tasas de retorno de la circulación espontánea (ROSC) y supervivencia neurológica favorable.
🔵El uso de RCP solo con compresiones puede ser útil por parte de testigos, especialmente si no tienen vigilancia sobre ventilaciones, pero no reemplaza la RCP convencional en el entorno hospitalario.
🔵Los dispositivos mecánicos de compresión pueden ser útiles en escenarios específicos (ej. traslado o equipo reducido), aunque no han demostrado superioridad absoluta.
🔵La monitorización del etCO₂ durante RCP es un indicador indirecto de perfusión torácica y calidad de compresión.
🔵Una medición de etCO₂ >10–20 mmHg durante compresiones predice mejor pronóstico.
🔵La monitorización invasiva arterial y el monitoreo cerebral regional son herramientas emergentes para evaluar respuesta a RCP.
🔵En ritmos desfibrilables (FV o TSV sin pulso), la desfibrilación precoz (menos de 3 min) sigue siendo crítica para la supervivencia.
🔵El uso de adrenalina (1 mg IV cada 3–5 min) está indicado en maniobras prolongadas o ritmos no desfibrilables.
🔵La amiodarona o lidocaína se considera en taquiarritmias ventriculares persistentes tras 3 descargas eficaces.
🔵La calidad de la cadena de atención (sobreviviente, equipo entrenado y organización) es clave en los resultados clínicos.
🔵Las pausas en compresiones menores a 10 segundos son tolerables y bienvenidas si son necesarias, por ejemplo, para desfibrilación.
🔵La ventilación debe sincronizarse: 1 cada 6 segundos durante RCP sin avanzar en hipertensión intratorácica.
🔵El balance entre compresión y ventilación no debe interrumpir la perfusión cardíaca más de lo necesario.
🔵El uso de presión positiva continua (CPAP) post RCP puede mejorar oxigenación antes del ROSC.
🔵La administración temprana de epinefrina se asocia a mayor tasa de ROSC, no necesariamente de supervivencia funcional.
🔵La hiperventilación y el alto volumen tidal pueden elevar la presión intratorácica y comprometer la perfusión.
🔵La reanimación debe priorizar la función coronaria y cerebral, no solo mantener la saturación arterial.
🔵Tras el ROSC, la normotermia controlada (36 ± 1 °C) mejora el pronóstico neurológico en pacientes comatosos.
🔵La ecografía torácica durante RCP ayuda a descartar neumotórax o taponamiento cardíaco.
🔵La evaluación ultrasonográfica de colapso de vena cava inferior puede orientar la volemia y necesidad de fluidoterapia.
🔵Los pacientes con causas reversibles (hipoxemia, hipovolemia, tamponade, tromboembolismo, taquicardia, tensión, toxinas, hipotermia) deben ser identificados rápidamente.
🔵La reanimación temprana de causas tratables mejora la recuperación.
🔵El aprendizaje continuo en equipos aumenta adherencia al protocolo y reduce errores.
🔵El soporte postRCP durante el buen pronóstico incluye manejo hemodinámico, ventilatorio y neurológico intensivo.
🔵La planificación anticipada mejora la preparación en paro cardíaco esperado (ej. peri operatorio).
🔵Las simulaciones clínicas regulares mejoran competencias en RCP avanzada en urgencias.
🔵La coordinación entre equipos de emergencias, hospital y UCI es esencial para continuidad y calidad del manejo.
🔵La evidencia emergente sugiere que las estrategias personalizadas de perfusión (presión de perfusión coronaria y cerebral) deberían guiar futuras mejoras en el protocolo.
✅️Este artículo actualiza y refina los principios de la RCP en urgencias: confirma la importancia de compresiones de alta calidad, integración tecnológica y adaptación personalizada del procedimiento. Reafirma que la reanimación efectiva es cuestión de precisión y equipo.
✍️Basado en: Long B, Gottlieb M. Emergency medicine updates: Cardiopulmonary resuscitation. American Journal of Emergency Medicine. Abril 2025.