04/08/2024
Reflexiones mañaneras
¿Cómo son las cosas?
El texto de la imagen dice que “las cosas son como son”...
Pero, ¿nos hemos parado alguna vez a discernirlo seria-mente?
¿Hay una manera cierta y única de que algo sea de una determinada manera?
O dicho de otro modo: ¿hay algo que al ser observado todo el mundo lo “vea” sin excepción de la misma manera?
Entendiendo por “ver” la suma de la visión física más la interpretación, significado, valor, importancia, etc, que le asignamos.
No, no lo hay en todo el Universo, pues nada es algo de por sí a nivel de significado, sino que es el observador el que se lo da.
Así que las cosas no “son de por sí de ninguna manera”, son absoluta-mente neutras, vacías de significado, valor, contenido.
Luego nada ahí fuera me puede dar o quitar paz.
Cosas suceden y uno las interpreta dando lugar a un juicio: “Es bueno o malo”.
Y ello origina un sentir, una emoción, una reacción…
Pero si recordáramos SIEMPRE que uno nunca puede saber el desarrollo en el tiempo de lo que estoy enjuiciando, ¿debería alegrarme o entristecerme real-mente por lo que a mí me “parece” que está sucediendo?
¿O acaso sucesos que juzgué y me creí como buenos y perfectos, luego con el tiempo deseé que nunca hubieran ocurrido?
Y aquellos aparente-mente trágicos, ¡cuántas veces terminamos agradeciéndolos…!
El sufrimiento o alegría resultante del juicio sobre lo que en cada momento sucede es un engaño, una trampa mental pues nadie sabe a dónde nos llevará.
Mejor no agarrarse a ningún juicio/valoración como algo real y definitivo.
A mi me gusta decirme: “Esto que está sucediendo me “parece”... pero ni me voy a alegrar ni entristecer demasiado. Vayamos paso a paso atendiendo a lo que vaya sucediendo de la mejor manera posible”.
Ello evita frustraciones, decepciones por lo que doy por bueno y luego puede cambiar.
Y también evita depresiones, sufrimiento excesivo, pesimismo, etc, por lo que creo que será un futuro “negro” cuando ya se que todo puede cambiar en un instante.
Así que no dar como “real, verdadero y cierto” cada juicio que hagamos en cada momento.
Lo resumiré en un sencillo ejemplo:
Recordemos “SIEMPRE” lo absurdo que es juzgar un libro por lo que leo en una página.
¿Lo justo no sería esperar a leer hasta el final?
En realidad, el único momento para juzgar cualquier suceso de nuestras vidas es justo antes de morir…
Es ahí, cuando podremos ver la cascada de acontecimientos y consecuencias que se dieron y cuya suma-resta darán lugar a un juicio justo. Lo demás siempre fue vana especulación…
Buen día, amigos.
Kriss