23/08/2024
//«Con el veneno que te arrojen, tú puedes descubrir el antídoto».
[Mario Sabán]
Hay personas que sufren la envidia de los demás, otras sufren la violencia verbal de la pareja, otros se encierran en sí mismos como método de defensa y no socializan con otros seres.
Cada uno recoge los venenos que los otros nos arrojan.
¿Qué hacer con tanto veneno?
Sabemos que, en medicina, muchos venenos se han utilizado para curar enfermedades. La inmunidad material del cuerpo se alcanza con pequeñas dosis de la misma enfermedad.
Lo mismo sucede en el campo espiritual: vamos alcanzando la inmunidad con pequeñas dosis de venenos que nos van arrojando a lo largo de nuestra existencia.
Los celos, la agresión verbal, la ira, la envidia, el fanatismo, la soberbia, la mentira, que tenemos tanto en nuestro interior o que nos tiran desde el exterior, son los pequeños venenos que nos van curando y nos van haciendo crecer como almas cada día más elevadas.
Uno no se eleva solo por la luz: la oscuridad tiene una importante misión para elevarnos.
Cuando sientas tu propia oscuridad o la oscuridad que el otro te intenta arrojar, nunca dejes de ser feliz sabiendo en tu interior que la función de la oscuridad es que aumente tu potencia de luz.
Nunca te canses de la oscuridad, porque cada vez que esté operando te estará diciendo que quiere verte en un nivel superior de consciencia.
✔️ Cada envidia del otro nos debe elevar nuestro trabajo de admiración.
✔️ Cada ataque de ira nos debe conducir a trabajar la canalización de nuestras fuerzas en nuestro interior.
✔️ Cada fanático nos debe exigir trabajar internamente la moderación.
✔️ Cada desequilibrio interior o que provenga de alguien del exterior, nos abre la posibilidad a un avance.
La luz sólo se revela cuando hay resistencia.
©Mario Sabán
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