26/06/2025
"Somos todos ramas de un mismo árbol.
Somos todos olas de un mismo mar."
Esta frase la escuche hace unos días en una homilía desde el punto de vista de cristianismo pero hoy en una reflexión me lleva a algo mas profundo y sencillo de explicar:
Nos recuerda una verdad esencial que ha resonado en el corazón de muchas religiones, filosofías y corrientes de pensamiento a lo largo de la historia: la unidad de todos los seres humanos, todos los seres vivos y hasta lo inanimado, más allá de las creencias, idiomas, fronteras o culturas.
- El cristianismo nos invita a amar al prójimo como a uno mismo, recordándonos que todos somos hijos de un mismo Dios.
- En el islam, se enseña que la humanidad es una gran familia creada por Allah, y que la compasión y la misericordia deben guiar nuestras relaciones.
- El judaísmo habla del "Tikkun Olam", la responsabilidad colectiva de reparar el mundo, entendiendo que nuestras acciones afectan al todo.
- El budismo nos enseña la interdependencia de todos los seres, recordándonos que el sufrimiento de uno es el sufrimiento de todos.
- El hinduismo nos muestra que detrás de todas las formas hay una única esencia divina: Brahman.
- El taoísmo y el confucianismo nos invitan a vivir en armonía con el universo y con los demás, reconociendo que todos estamos conectados por el flujo del Tao.
- En las filosofías indígenas de América, África y Asia, la Madre Tierra es sagrada, y todos los seres —humanos, animales, plantas— somos parte de un mismo espíritu viviente.
- Las corrientes filosóficas occidentales, desde los estoicos hasta los existencialistas, también han buscado comprender cómo vivir una vida ética reconociendo nuestra responsabilidad mutua.
- Incluso en el agnosticismo y el ateísmo, que tal vez no invoquen a lo divino, existe una ética del respeto y la compasión fundamentada en la razón, la empatía y la conciencia del otro como ser valioso.
-----Somos distintos en formas, en ideas, en creencias, en búsquedas-----
-----Algunos miran al cielo en oración, otros al interior en meditación, otros a la ciencia, otros al arte, y muchos simplemente al otro con un gesto solidario. Pero todos, en lo profundo, deseamos amar y ser amados, comprender y ser comprendidos, encontrar sentido, paz y plenitud-----
*****Somos ramas que nacen de distintos puntos, pero del mismo árbol de la vida. Somos olas que bailan distintas, pero que pertenecen al mismo mar de la existencia*****
Creo que hoy más que nunca, esta verdad nos llama: que ningún muro, ninguna frontera, ninguna ideología, ninguna creencia o no creencia, valga más que el amor universal.
Porque cuando el amor es auténtico e incondicional, no pregunta a quién amas ni qué crees: simplemente se entrega.
Que esta reflexión nos inspire a mirar al otro y lo qué nos rodea, no como enemigo, competidor o extraño, sino como un ser humano, hermano, compañero, espejo.
Todos y todo somos uno. Y el amor, en su forma más pura, es la mayor prueba de esa unidad.