27/06/2025
El divorcio no siempre duele. A veces, libera.
No duele cuando ya lloraste todo lo que tenías que llorar dentro de ese matrimonio.
Cuando te apagaste tantas veces que te volviste experta en sobrevivir con el alma en pausa.
No es trágico cuando te diste cuenta de que ya no quedaba diálogo, ni deseo, ni respeto…
solo rutinas huecas y promesas vencidas.
El divorcio no es doloroso cuando se convierte en el camino de regreso a ti.
Cuando eliges tu paz por encima de la apariencia, tu salud emocional por encima del “qué dirán”.
No es un fracaso, es una forma de valor.
Es mirarte al espejo y decir: no vine a esta vida a soportar, vine a vivirla completa.
Porque hay separaciones que no rompen, te reconstruyen.
Y hay despedidas que no significan un final triste, sino un nuevo comienzo… contigo.
✍️Psic. María Dolores