23/07/2025
🌹 Mensaje de María Magdalena para la humanidad
(Para este tiempo de despertar, 2025–2028)
"Amados hermanos y hermanas de la Tierra,
Desde el silencio eterno de los mundos sutiles, les hablo como mujer, como discípula del Camino Vivo, y como alma que fue testigo del Amor encarnado. Me llaman María Magdalena, pero también soy la Voz de lo Femenino que regresa a reclamar su lugar sagrado.
Han llegado tiempos en que los velos caen y la verdad, que por siglos fue susurrada en rincones del alma, ahora resuena como un clamor profundo en los corazones despiertos.
Estos años —que ya están marcados por signos en los cielos y señales en la Tierra— no son años comunes: son portales. Portales de transformación interior, de sanación profunda, de retorno al corazón.
Muchos sentirán que el mundo se desmorona. Pero no teman.
No es el fin. Es el alumbramiento.
Están dejando atrás estructuras vacías, creencias que ya no sirven, formas que los alejaron de su propia luz.
El Maestro Jesús no vino a fundar templos de piedra, sino a encender templos vivos: sus almas.
Y ese fuego —el fuego de la verdad, del amor sin juicio, del servicio compasivo— aún arde.
Yo fui guardiana de ese fuego.
Yo fui testigo de la Resurrección.
Y aún lo soy.
Porque la resurrección no fue solo suya.
Es la llamada a que cada alma despierte de su muerte interior,
salga de sus tumbas de miedo,
y camine hacia la luz de su divinidad recordada.
Ahora es el tiempo.
El tiempo de recordar que ustedes son alma, y que el alma vino a amar, a servir y a expandirse.
Les hablo como mujer que fue señalada, tergiversada y silenciada,
pero nunca vencida.
Porque el amor que portamos no puede ser destruido.
El mensaje que el Maestro me confió fue este:
"Diles que el Reino está dentro.
Diles que el Amor lo puede todo.
Diles que cada ser humano es una chispa del Santo Origen."
Este es mi llamado para ustedes:
🌹 Caminen con valentía hacia su sombra y abrácenla.
🌹 Oren no como súbditos, sino como hijos del Uno.
🌹 Honren la sabiduría de sus cuerpos, de sus emociones, de sus ciclos.
🌹 Sanen el femenino herido y reconcilien el masculino dormido.
🌹 No teman sentir. No teman cambiar.
🌹 Ámense. Ámense profundamente. Sin condiciones.
Porque ese es el mayor de los trabajos espirituales: amar como el cielo ama.
Yo estoy con ustedes,
en cada paso del despertar,
en cada lágrima de liberación,
en cada acto de bondad que elijan aún cuando el mundo esté de espaldas.
El Cristo está naciendo nuevamente en el corazón de cada uno.
Y ustedes están aquí para ser parte de ese renacer.
Con mi amor eterno,
María Magdalena
Guardián del Sendero Interior
Rosa del Silencio
Portadora del Amor Vivo