
25/09/2025
Entendemos que toda conducta tiene consecuencias, y estas son las que mantienen, extinguen o transforman nuestros patrones de comportamiento. El sufrimiento surge muchas veces de la evitación experiencial o de no permitir que los refuerzos naturales hagan su trabajo. En los vínculos, esto se traduce en una idea sencilla pero difícil de aplicar: cuidar al otro no siempre significa protegerlo de las consecuencias, sino dejar que las enfrente.
Un ejemplo común en las parejas se da cuando una persona promete cambiar hábitos (ejemplo: consumo excesivo de alcohol, irresponsabilidad económica, celos). La pareja suele “cubrir” o minimizar los efectos para evitar conflicto. Sin embargo, este encubrimiento refuerza la conducta problemática.
ACT: invitar a aceptar la incomodidad del conflicto y actuar en dirección a valores (una relación basada en respeto y honestidad).
DBT: aplicar “tolerancia al malestar”: no buscar el alivio inmediato evitando que la otra persona sienta las consecuencias, sino sostener la tensión con límites claros.
Beneficio: el otro aprende que sus conductas tienen impacto real en la relación; sin ese contacto, no hay motivación para el cambio.
Un caso clásico en la familia se presenta con los padres que rescatan constantemente a sus hijos de las consecuencias de sus actos (no hacer tarea, no responsabilizarse en casa, conductas de riesgo). Aunque la intención es proteger, el aprendizaje real se interrumpe.
Conductismo radical: el refuerzo natural (como reprobar por no estudiar, o perder la confianza por mentir) educa más que los sermones.
ACT: los padres practican defusión: distinguir entre el pensamiento “si lo dejo sufrir, no soy buen padre” y la acción basada en valores como la autonomía y la responsabilidad.
DBT: validación más límite: “Entiendo que esto te incomoda, pero la consecuencia es parte de la vida y confío en que puedes manejarla.”
Beneficio: se promueve resiliencia y sentido de agencia en los hijos.
En un contexto laboral imagina un jefe que evita dar retroalimentación por miedo a incomodar, o un compañero que cubre los errores de otro. A corto plazo hay menos conflicto, pero a largo plazo se generan patrones de irresponsabilidad o dependencia.
ACT: sostener la incomodidad de conversaciones difíciles en favor de valores organizacionales como profesionalismo y justicia.
DBT: habilidades de efectividad interpersonal (DEAR MAN, GIVE, FAST) para dar retroalimentación clara sin agresión.
Beneficio: se construyen relaciones laborales más maduras, donde cada quien aprende a hacerse responsable de su desempeño.
¿Por qué es beneficioso permitir consecuencias?
1. Evita reforzar conductas problemáticas.
2. Promueve aprendizaje natural. El ambiente se convierte en el principal maestro, no el sermón ni el control excesivo.
3. Fomenta autonomía y responsabilidad. La persona desarrolla repertorios más flexibles y ajustados a la realidad.
4. Cuida el vínculo. No desde la sobreprotección, sino desde la confianza en que el otro puede manejar lo que la vida le devuelve.
Amar también es incomodar. Dejar que el otro contacte con las consecuencias de su conducta no es abandono, sino un acto de confianza y respeto. Esto implica aceptar la incomodidad, regular nuestras emociones y mantenernos comprometidos con los valores que sostienen los vínculos a largo plazo.