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Azul Coach Espacio seguro y amoroso de crecimiento personal

✨ Soy hija de una mujer que resistió en silencio, que luchó batallas que nunca contó y que sanó heridas que nadie vio. U...
06/06/2025

✨ Soy hija de una mujer que resistió en silencio, que luchó batallas que nunca contó y que sanó heridas que nadie vio. Una mujer que no necesitó aplausos para levantarse cada día, aun con el alma hecha trizas. Que siguió amando, incluso cuando el mundo parecía no devolverle nada. Que dio sin medida, que sostuvo sin esperar, que abrazó incluso cuando estaba rota por dentro.

Mi madre no llevó capa, pero fue mi he***na.
No hablaba de fuerza, pero la encarnaba.

No necesitó que la vida fuera justa para seguir dándolo todo.
Y cuando yo dudaba de mí, bastaba con mirar sus ojos para recordar de dónde vengo.

Porque en mi sangre corre su fuego.
Su intuición que no se equivoca.
Su sabiduría ancestral, tejida con los hilos invisibles del amor, la intuición y la ternura.
Porque ella, sin decirlo, me enseñó a no rendirme.
A sostenerme cuando todo tiembla.
A levantar la cara, aunque se me llenen los ojos de lágrimas.

De ella aprendí que el amor no siempre hace ruido, pero siempre transforma.
Que la ternura no es debilidad, sino un poder silencioso que sostiene el mundo.
Y que la resiliencia no se aprende en libros, sino en la mirada de una mujer que, aun cansada, sigue eligiendo amar.

Cada vez que siento que ya no puedo más, cierro los ojos y la escucho.
Siento su presencia como un abrigo en el pecho.
Y entonces recuerdo:
No estoy sola.
Soy parte de una cadena de mujeres fuertes.
Soy hija de la magia, de la intuición, de la ternura poderosa.

De ahí brota mi resiliencia.
De ahí nace mi poder. 🌙

Nadie te habla de lo que duele crecer.De lo que cuesta dejar atrás versiones de ti que durante años te sostuvieron. De c...
06/06/2025

Nadie te habla de lo que duele crecer.

De lo que cuesta dejar atrás versiones de ti que durante años te sostuvieron. De como el cambio te vuelve un extraño en tu propia vida: ya no encajas en los mismos lugares, ya no te identificas con las mismas personas, ya no te sirven los mismos hábitos.

Y no es porque seas mejor, sino porque estás evolucionando. Y esa evolución tiene un precio: te desarmas, te transformas, te obligas a soltar incluso lo que alguna vez amas.

No estás aquí para encajar en la idea que otros tienen de ti. Estás aquí para honrar la transformación que llevas dentro. No le debes coherencia a tu historia pasada. Te debes verdad al presente que estás eligiendo construir.

Permítete cambiar, aunque eso te haga irreconocible.

Eso también es libertad.

Créditos al autor

Cuando un hombre no quiere cambiar... no lo hará.No importa cuánto lo ames.No importa cuántas veces le expliques lo que ...
30/05/2025

Cuando un hombre no quiere cambiar... no lo hará.
No importa cuánto lo ames.
No importa cuántas veces le expliques lo que necesitas,
cuántas veces le des espacio, comprensión o esperes con paciencia que algún día crezca y te alcance.

Si él está decidido a quedarse igual,
simplemente buscará a alguien que lo permita.
Alguien que no lo confronte,
que no le exija madurar,
que no le pida la responsabilidad emocional que él no quiere —o no se atreve— a desarrollar.

Eso no es amor.
Es comodidad.
Es sobrevivencia.
Es elegir el camino fácil,
porque para alguien que no ha sanado,
la responsabilidad se siente como una amenaza.

Mujeres, no confundan sus estándares con ser “demasiado”.
No estás pidiendo demasiado por querer honestidad, constancia, seguridad emocional
o una relación basada en el crecimiento mutuo.

Estás pidiendo lo que un hombre de verdad
ya debería estar trabajando antes de pedir tu tiempo.

Pero cuando un hombre no está listo para evolucionar…
cuando aún vive en hábitos inmaduros,
cuando elige el ego en lugar de avanzar,
cuando evita conversaciones difíciles…
tu fuerza lo intimida.
Tu claridad le parece crítica.
Tus límites le saben a rechazo.

No porque tú estés haciendo algo mal,
sino porque no está acostumbrado a una mujer que sí sabe lo que vale.

Y entonces, en lugar de crecer… se esconde.
En lugar de aprender a comunicarse, dirá que eres “demasiado emocional”.
En lugar de igualar tu energía, buscará a alguien que espere menos,
que dé más,
y que no le exija nada.

Porque eso es más fácil.
Más seguro.
Ahí puede manipular sin que lo reten.

Pero no dejes que eso te haga dudar de ti.
No permitas que su decisión de conformarse con menos
te haga encogerte o poner en duda tu valor.

A veces no se trata de que tú no fueras suficiente para él…
sino de que fuiste demasiado para la versión en la que él decidió quedarse.
Fuiste un espejo que no estaba listo para mirar.
Una muestra de todo lo que podría ser…
si tuviera el valor de crecer.

Así que déjalo ir.
Déjalo elegir lo promedio si eso es lo que quiere.

16/04/2025

Dijo una vez Gene Simmons: “Jamás probé el alcohol. Nunca me drogu3. No por miedo ni por rebeldía, sino por amor. Mi madre sobrevivió al in****no de un campo de concentración n**i. Lo perdió todo, y aun así me dio la vida. ¿Cómo iba yo a devolverle ese regalo haciéndome daño? Soy su único hijo. Sentí desde pequeño que no tenía derecho a decepcionarla, ni a desperdiciar lo que tanto le costó construir. Ella ya había sufrido suficiente. Yo no iba a añadir más dolor.”

Lección: A veces, la fuerza para elegir un camino distinto no nace del miedo, sino del respeto. El amor por quienes nos han salvado puede ser la mayor brújula moral que tengamos.

La perversión del amor materno: Angustia, fetichización del hijo y trauma en el cruce entre Lacan, el psicoanálisis rela...
16/04/2025

La perversión del amor materno: Angustia, fetichización del hijo y trauma en el cruce entre Lacan, el psicoanálisis relacional y Franz Ruppert

“Cuanto más colma el hijo a la madre, más la angustia, de acuerdo con la fórmula según la cual lo que angustia es la falta de la falta. La madre angustiada es, de entrada, la que no desea –o desea poco, o mal– como mujer.

Se les suele negar la perversión a las mujeres, porque la clínica reserva a los hombres la alienación de su deseo o la encarnación de su causa en un objeto fetiche. Pero eso sería no ver que la perversión es, en cierto modo, normal por parte de la mujer: es lo que se llama amor materno, que puede llegar hasta la fetichización del objeto infantil." -- Jacques A Miller

El texto de Jacques-Alain Miller aborda la dinámica madre-hijo desde una perspectiva lacaniana, centrándose en la angustia generada por la "falta de falta" cuando el hijo colma el deseo materno, así como en la idea del amor materno como una forma de perversión. Lo relacionaremos con el psicoanálisis relacional y la terapia del trauma temprano de Franz Ruppert, para destacar los siguientes puntos:

1. Psicoanálisis Relacional:

- Dinámicas de deseo y falta en la relación madre-hijo:

El psicoanálisis relacional enfatiza cómo las relaciones internalizadas moldean la subjetividad. La madre que no desea "como mujer" (según Miller) proyecta su falta no simbolizada en el hijo, generando una dinámica de fusión donde el hijo se convierte en objeto de suplencia de su vacío. Esto altera los límites relacionales saludables, creando una identificación enmarañada, donde el hijo asume un rol que no le corresponde (como sostén emocional de la madre).

- La angustia de la madre, al no experimentar su propia falta (lo que Lacan llamaría el deseo insatisfecho), se transfiere al hijo, quien internaliza esta ansiedad como parte de su self. Esto se vincula con la idea relacional de que el self se construye en la intersubjetividad, y una madre que no puede tolerar su falta genera un vínculo patológico.

- Perversión y amor materno:

Miller señala que el amor materno puede ser fetichista, reduciendo al hijo a un objeto que satisface necesidades inconscientes. Desde lo relacional, esto se entiende como una distorsión del vínculo, donde la madre no reconoce al hijo como un sujeto separado, sino como una extensión narcisista. Esto inhibe la autonomía del hijo y perpetúa patrones relacionales disfuncionales.

2. Teoría del Trauma Temprano de Franz Ruppert:
- Trauma de simbiosis y reversión de roles:

Ruppert explora cómo los traumas tempranos surgen cuando el niño es usado para regular las emociones no resueltas del cuidador. La madre angustiada que "no desea como mujer" (Miller) busca en el hijo una compensación a su vacío existencial, lo que Ruppert llama "trauma de apego". El hijo, al ser fetichizado, se convierte en un "objeto traumático" que carga con la desconexión afectiva de la madre.

- La "falta de falta" (Miller) se traduce aquí en una fusión traumática: la madre no tolera la separación, generando en el hijo un conflicto entre la necesidad de autonomía y la lealtad al vínculo. Esto puede derivar en síntomas como ansiedad crónica o dificultades para establecer límites.

- Perversión materna como trauma:

La fetichización del hijo como objeto (amor materno patológico) coincide con la idea de Ruppert de que los traumas tempranos implican una confusión de identidades. La madre, al depositar su deseo insatisfecho en el hijo, lo somete a una identificación traumática, donde el niño internaliza el rol de "salvador" o "objeto de gratificación". Esto obstaculiza su capacidad para desarrollar un self auténtico, priorizando en vez la supervivencia emocional en el vínculo.

Conclusión:

El texto de Miller dialoga con ambas perspectivas al señalar que:

1. Relacionalmente, la angustia materna surge de una dinámica intersubjetiva donde el hijo es usado para negar la falta, distorsionando el vínculo.

2. Desde el trauma temprano (Ruppert), esta dinámica constituye un trauma de apego, donde el hijo es instrumentalizado para regular la psique materna, generando heridas en su capacidad de diferenciación.

3. La "perversión normalizada" del amor materno (Miller) refleja una forma de trauma relacional no reconocido, donde el fetiche infantil sustituye el deseo genuino de la madre, perpetuando ciclos de dependencia y ansiedad.

Ambos enfoques coinciden en que la patología no reside en el individuo, sino en la estructura del vínculo, destacando la importancia de trabajar la diferenciación y la elaboración del trauma en terapia.

El amor materno que atrapa: Cuando el cariño se convierte en ansiedad y control... (Una explicación sencilla de ideas complejas sobre madres, hijos y relaciones problemáticas)

¿Qué pasa cuando una madre "vive por y para" su hijo?

Algunas madres, sin darse cuenta, convierten a sus hijos en el centro absoluto de su existencia. Esto puede generar problemas emocionales tanto para ellas como para los hijos. Aquí te lo explico con ejemplos cotidianos:

1. La madre que no tiene vida propia

- La idea clave: Si una madre centra todo su deseo, sueños y atención en su hijo (y no en otras áreas de su vida, como su propia identidad, pareja o proyectos), puede generarle una ansiedad constante. ¿Por qué? Porque inconscientemente, el hijo se convierte en un "objeto" que llena un vacío emocional que ella no sabe gestionar.

- Ejemplo: Imagina a una madre que deja de lado sus amistades, sus hobbies o incluso su relación de pareja para dedicarse 100% a su hijo. Con el tiempo, el niño siente la presión de ser "perfecto" para no defraudarla, y ella vive con miedo a que algo le pase al hijo, porque es su única razón de ser.

2. ¿Por qué se habla de "perversión en un caso así"?

- No es maldad, sino confusión: La palabra "perversión" aquí no significa que la madre sea mala. Se refiere a que, sin querer, trata al hijo como un "objeto emocional" (como un juguete o un talismán) en vez de como una persona separada con sus propias necesidades.

- Ejemplo: Es como cuando alguien usa una muñeca para sentirse acompañado, pero en este caso, la madre usa al hijo para calmar sus miedos, su soledad o su insatisfacción vital. El problema es que el niño no es una muñeca: crece sintiendo que debe cuidar a su madre, en vez de al revés.

3. Cómo afecta esto al hijo (según el psicoanálisis relacional)

- El hijo como "terapeuta" de la madre:
Si la madre no sabe manejar sus propias emociones (como tristeza, frustración o vacío), puede volcar esa carga en el hijo. El niño, para sentirse querido, aprende a poner las necesidades de la madre antes que las suyas.

- Consecuencias:
- El hijo puede volverse ansioso (por miedo a defraudar a la madre).
- Le cuesta desarrollar su identidad (siempre está pendiente de lo que la madre espera).
- En la adultez, repite patrones: por ejemplo, busca parejas que lo necesiten demasiado.

4. El trauma invisible (según Franz Ruppert)

- Heridas que no se ven: Ruppert explica que cuando un niño es usado para calmar las emociones de un adulto (aunque sea con buena intención), se crea un "trauma de apego". El niño aprende que para ser amado, debe anularse a sí mismo.

- Ejemplo: Un niño que escucha frases como "sin ti, mi vida no tiene sentido" o "tú eres mi razón para vivir", crece con un peso emocional enorme: siente que si se independiza o comete errores, traicionará a su madre.

5. ¿Cómo se soluciona esto?

- Reconocer el problema: No se trata de culpar a la madre, sino de entender que ambos (madre e hijo) están atrapados en un círculo de dependencia.

- Trabajar en la autonomía: En terapia, se ayuda a la madre a reconectar con sus propias necesidades y deseos fuera de la maternidad, y al hijo a aprender que no es responsable de la felicidad de los demás.

En resumen:
- Cuando el amor materno se convierte en una obsesión (aunque sea por amor), puede dañar tanto a la madre como al hijo.

- La clave está en que la madre mantenga su identidad más allá de la maternidad, y que el hijo pueda crecer sin cargar con emociones que no le corresponden.

- No es un problema de "madres malas", sino de dinámicas relacionales que se pueden sanar con conciencia y apoyo terapéutico. 😊

Sigamos profundizando en el tema con ejemplos prácticos, estrategias y reflexiones accesibles para todos:

¿Cómo se ven estas dinámicas en la vida real? Historias cotidianas

1. Caso 1: El hijo "esposo emocional"
- Ejemplo: Juan, de 12 años, escucha cada noche los problemas maritales de su madre. Ella le dice: "Eres el único hombre bueno en mi vida". Con los años, Juan desarrolla ansiedad y evita relaciones íntimas por miedo a "traicionar" a su madre.

- Relación con las teorías: Según Ruppert, Juan carga con un "trauma de apego": su rol no es ser hijo, sino el sostén emocional de su madre. Miller diría que él es un "fetiche" que rellena su falta de pareja.

2. Caso 2: La hija que no puede crecer

- Ejemplo: María, de 30 años, aún vive con su madre, quien le repite: "Sin ti, me muero de soledad". María pospone viajes y proyectos, aunque se siente vacía.

- Análisis: Aquí hay una "falta de falta" (Lacan): la madre niega su soledad usando a María como objeto. Para el psicoanálisis relacional, María no construye un "yo" separado.

¿Esto significa que todas las madres son "tóxicas"? ¡No!

- El amor sano vs. el amor que asfixia:

- Saludable: Una madre que anima a su hijo a explorar el mundo, aunque le cueste separarse.

- Problemático: Una madre que culpa o victimiza ("¿Vas a dejarme sola?") cuando el hijo toma decisiones propias.

- Clave: No se trata de "culpar" a las madres, sino de entender cómo sus heridas no resueltas (traumas, expectativas sociales) pueden afectar el vínculo.

Herramientas para romper el ciclo (más allá de la terapia)

1. Para madres/madres:
- Ejercicio de autobservación:
- Preguntarse: "¿Estoy apoyando a mi hijo para que sea quien es, o para que cumpla mis sueños?".
- Señal de alerta: Si te irrita que tu hijo tenga gustos o valores diferentes a los tuyos.
- Buscar redes de apoyo: Amistades, grupos de crianza, hobbies. La carga emocional no debe caer solo en el hijo.

2. Para hijos/hijas adultos:
- Reconocer la lealtad invisible: Muchos sienten culpa al poner límites. Un ejercicio útil es escribir: "Tengo derecho a..." (vivir donde quiera, elegir mi trabajo, etc.).
- Reinterpretar el "amor": Si tu madre dice "Egoísta" cuando viajas, no es amor: es miedo a su propia soledad.

El papel del padre (y otros cuidadores): ¿Solo las madres son "perversas"?

- Los padres también pueden fetichizar:

- Ejemplo: Padres que ven a sus hijos como "extensiones deportivas" (obsesión con que sean estrellas del fútbol).
- La sociedad como cómplice:
- Frases como "Una madre buena lo da todo por los hijos" refuerzan la idea de que el amor materno debe ser abnegado y fusional. Esto presiona a las madres a anularse, perpetuando el ciclo.

Preguntas frecuentes (¡Respuestas simples!)

1. ¿Esto solo pasa en familias disfuncionales?
- No. Incluso en familias "normales", los mandatos sociales (ej.: "Los hijos son la máxima realización de una mujer") pueden llevar a dinámicas de dependencia.

2. ¿Se puede sanar si mi madre ya ha fallecido?
- Sí. El trabajo emocional no depende de la presencia física. A través de terapia, cartas no enviadas, o rituales simbólicos, se puede reconstruir la identidad.

3. ¿Y si soy madre y me identifico con esto?
- No es tarde. Reconocerlo es el primer paso. Busca ayuda para sanar tus heridas, no para ser "perfecta", sino para liberar a tu hijo de ser tu "salvador".

El amor no es posesión

Las teorías de Miller, Lacan y Ruppert nos recuerdan algo radical: amar es aceptar la separación. Un hijo no es un objeto para llenar vacíos, sino un ser que llegará a volar por su cuenta.

- Para madres: Tu valor no está en cuánto "te necesitan", sino en cuánto ayudas a que otros crezcan.

- Para hijos: Tu vida no es deuda ni rescate. Mereces existir por ti mismo.

¿Te identificas con estos patrones? Hablar con un psicoterapeuta especializado en trauma o relaciones familiares puede ser un buen primer paso. Recuerda: pedir ayuda no es fracasar, es comenzar a sanar.

13/04/2025

Tuve a mi primer hijo a los 40, al segundo a los 45. A los 50, actué en una película de James Bond. Y no cambiaría nada de eso por volver a tener 20 años.

Cuando eres joven, tienes la beauté du diable, como dicen los franceses: esa belleza salvaje, inconsciente, casi peligrosa.
Pero a los 50... nace en tu interior otro tipo de belleza.
Una que no necesita aprobación, ni maquillaje, ni miradas ajenas.
Una que te da poder desde dentro.

Y ese poder no tiene nada que ver con lo físico.
Tiene que ver con la libertad, la experiencia, el amor propio.

– Monica Bellucci

HOMBRES QUE RESUELVEN, MUJERES QUE?…LA NATURALEZA DE LO MASCULINO… ES LA ACCIÓNSe dirige hacia afuera, se siente realiza...
11/03/2025

HOMBRES QUE RESUELVEN, MUJERES QUE?…

LA NATURALEZA DE LO MASCULINO… ES LA ACCIÓN
Se dirige hacia afuera, se siente realizado cuando ve plasmado el fruto de su trabajo
Cuando produce
Cuando genera
De ahí que su arquetipo sea,
El guerrero, el cazador, el proveedor, el que resuelve.

POR EJEMPLO:
CUANDO UNA MUJER PIDE A UN HOMBRE,
QUE RESUELVA…simplemente está pidiendo un hombre conectado con su esencia MASCULINA

RENEGAR DE ESTA ENERGÍA…Es motivo, de frustración, de inmadurez y de profunda desconexión, de una de sus más valiosas cualidades.

DICHO ESTO…

Qué busca el hombre en una mujer.?
Cuál es su esencia.?

LA NATURALEZA FEMENINA…
Es hacia adentro, nutre y recibe.
Es un espacio seguro.
El vientre materno.
El regreso a la cueva.

SI UN HOMBRE “RESUELVE”…
La mujer, nutre, apoya, recibe y ama.

Un hombre lo que busca es sentirse, amado, reconocido, bienvenido y aceptado.

LO QUE PODEMOS OBSERVAR DE ESTA ÚLTIMA TENDENCIA;
Es una gran necesidad por parte de las mujeres de encontrarse con hombres presentes, cómodos en su masculinidad.
Pero también un profundo resentimiento y desdén hacia los hombres, por NO haber aportado esto en sus vidas.

VEMOS TAMBIÉN EL MIEDO MASCULINO HACIA HACERSE; responsables, con su respectiva carga de culpa y vergüenza.
Pero también un profundo dolor, por NO sentirse amados, y reconocidos.

EL SENTIMIENTO; de solo ser valiosos ( as ) si producimos.

LA SOMBRA; de ser resolutivo ( a )

LA SOCIEDAD; Necesita hombres que resuelvan.
Pero también necesita mujeres que amen, y que nutran.

HASTA QUE NO HAGAMOS LAS PACES, CON LO MASCULINO Y LO FEMENINO; Seguiremos como 2 niños que tienen frente a si, la pelota pero, que se rehusan, A COMENZAR EL JUEGO.!!

Carta: “El Duelo en la Penumbra” 💔🩹En la penumbra de nuestra relación, entre los suspiros compartidos y las palabras no ...
15/02/2025

Carta: “El Duelo en la Penumbra” 💔🩹

En la penumbra de nuestra relación, entre los suspiros compartidos y las palabras no dichas, se esconde un duelo silencioso. No es el duelo de un adiós definitivo, sino el lamento anticipado de lo que sabemos que está por venir.

Aún estamos juntos, pero las grietas se extienden como raíces profundas en la tierra. Las risas se mezclan con un eco de tristeza, y nuestros abrazos se vuelven más apretados, como si pudiéramos detener el tiempo y mantenernos en este instante frágil.

¿Por qué anticipamos el final? Quizás porque las señales están ahí, como hojas que cambian de color antes del otoño. Las miradas esquivas, las discusiones que se repiten, los silencios incómodos. Sabemos que algo se desvanece, pero aún no queremos soltarlo por completo.

El duelo en la penumbra es un baile de contradicciones. Nos aferramos a los recuerdos felices mientras imaginamos cómo será cuando ya no estemos juntos. Nos duele, pero también nos preparamos. ¿Cómo se puede extrañar algo que aún no se ha ido?

Quizás es porque el amor es así: un tejido de esperanza y melancolía. Nos aferramos a lo que fue y tememos lo que será. Nos debatimos entre el deseo de prolongar este momento y la necesidad de liberarnos.

En la penumbra, nos damos cuenta de que el duelo no espera al final absoluto. Se cierne en los rincones de nuestras conversaciones, en los gestos que ya no son tan espontáneos. Nos duele la distancia que se acerca, aunque aún compartimos la misma cama.

Quizás deberíamos hablar de ello. Decir en voz alta lo que ambos sabemos. Pero, ¿cómo se nombra algo que aún no ha ocurrido? ¿Cómo se llora por lo que está por venir?

Así que seguimos en la penumbra, sosteniendo el duelo en silencio. A veces, nuestras manos se rozan como si quisieran decir: “Estoy aquí, aunque no sé por cuánto tiempo más”. Y en ese roce, en esa complicidad, encontramos consuelo y tristeza a la vez.

Quizás el duelo en la penumbra es necesario. Nos prepara para el adiós, nos permite soltar poco a poco. Pero también nos recuerda que el amor es frágil y que, a veces, la despedida comienza antes de que se pronuncie la última palabra.

Que este duelo, aunque doloroso, te ayude a crecer y a valorar cada instante, incluso en la penumbra.

Mirada Sistémica Sanar a Papá y a Mamá Para recibir amor de la pareja Un hombre puede ser todo lo cariñoso e interesado ...
06/02/2025

Mirada Sistémica
Sanar a Papá y a Mamá
Para recibir amor de la pareja

Un hombre puede ser
todo lo cariñoso e interesado
que desee,
pero si su esposa
rechaza o siente enojo
hacia su padre
y pelea con el a través de la pareja,
es muy poco probable
que este hombre
logre que su amor
llegue a su mujer.

Una mujer puede esforzarse
por cumplir todos los deseos
de su esposo y darle amor;
pero si él está expresando
la rabia que siente hacia su Madre,
todo el amor de la mujer
no significa nada para el

La mayoría de los
conflictos de pareja
tienen que ver con
demanda de amor
con nuestros padres

No tenemos problemas
De pareja
Tenemos conflictos
De niños con nuestros padres

Las 5 Heridas de la Infancia y su Impacto en el Cuerpo. Las heridas emocionales que sufrimos en la infancia se reflejan ...
31/01/2025

Las 5 Heridas de la Infancia y su Impacto en el Cuerpo.

Las heridas emocionales que sufrimos en la infancia se reflejan en nuestra postura, forma de caminar y peso corporal. Reconocerlas es el primer paso para sanarlas.

Herida de Humillación

Cómo se manifiesta
Postura encorvada, con la espalda jorobada.
Hombros caídos y cabeza inclinada hacia abajo.
Glúteos metidos hacia adentro.
Causa
Se desarrolla cuando una persona ha sido avergonzada, criticada o ridiculizada en su infancia. Puede llevar a sentir que no es suficiente o que merece ser castigada.
Cómo sanarla
Trabajar en la autoestima y la autoaceptación.
Practicar afirmaciones positivas y autocompasión.
Buscar apoyo terapéutico para liberar la vergüenza acumulada.
Aprender a poner límites y valorar la propia voz.

Herida de Abandono

Cómo se manifiesta
Sobrepeso sin causa aparente.
Dificultad para bajar de peso incluso con dieta y ejercicio.
Sensación de vacío que se intenta llenar con comida.
Causa
Se genera cuando una persona se sintió emocional o físicamente abandonada en la infancia. Puede provenir de padres ausentes, indiferentes o emocionalmente fríos.
Cómo sanarla
Reconocer el miedo a la soledad y aprender a disfrutar del tiempo a solas.
Sanar el apego emocional y la dependencia afectiva.
Practicar la gratitud y conectar con uno mismo.
Terapia emocional para trabajar la sensación de desamparo.

Herida de Injusticia

Cómo se manifiesta
Cuerpo rígido, ni muy delgado ni con sobrepeso.
Dificultad para subir o bajar de peso, siempre en una talla intermedia.
Postura corporal tensa y perfeccionismo en la forma de caminar.
Causa
Surge en personas que crecieron con normas muy estrictas, exigencias altas o sentimientos de que nada de lo que hacen es suficiente.
Cómo sanarla
Aprender a ser flexible y soltar la necesidad de control.
Sanar la autoexigencia y permitirse cometer errores.
Practicar el equilibrio entre dar y recibir.
Trabajar la confianza en la vida y en las personas.

Herida de Traición

Cómo se manifiesta
En hombres: espalda ancha, fuerte y musculosa.
En mujeres: caderas y glúteos grandes, bien formados.
Apariencia de fortaleza, pero con miedo al engaño.
Causa
Se desarrolla cuando hubo una figura de referencia (padre o madre) que no cumplió promesas o traicionó la confianza del niño. Genera la necesidad de ser fuerte para evitar ser lastimado.
Cómo sanarla
Aprender a confiar y soltar el control.
Sanar el miedo a ser lastimado en las relaciones.
Practicar el perdón, sin justificar lo que pasó.
Trabajar en la seguridad personal sin necesidad de mostrarse fuerte todo el tiempo.

Herida de Rechazo

Cómo se manifiesta
Sensación de querer desaparecer o evitar ciertos lugares.
Inseguridad en grupos o ambientes sociales.
Rechazo a uno mismo y a los demás sin darse cuenta.
Causa
Se genera cuando una persona sintió desde la infancia que no era deseada o aceptada, lo que le hace buscar escapar constantemente.
Cómo sanarla
Aceptarse completamente y sanar la autoestima.
Identificar pensamientos de autocrítica y transformarlos.
Aprender a recibir amor y reconocimiento sin miedo.
Terapia para trabajar el miedo al rechazo y fortalecer la identidad.


Estas heridas emocionales no solo afectan la mente, sino también el cuerpo. Sanarlas no es cuestión de cambiar la postura o hacer dieta, sino de trabajar en la raíz emocional.
La sanación comienza con el autoconocimiento y la decisión de cambiar lo que nos limita.

"Hermanos en conflicto: Abusos, lealtades y consecuencias".Las relaciones entre hermanos son, en esencia, un reflejo de ...
10/01/2025

"Hermanos en conflicto: Abusos, lealtades y consecuencias".

Las relaciones entre hermanos son, en esencia, un reflejo de los sistemas familiares de los que provienen. Desde la psicología sistémica de Bert Hellinger, los conflictos entre hermanos, como abusos, despojos o dinámicas de violencia, no surgen de la nada. Estas tensiones están profundamente enraizadas en las dinámicas invisibles del sistema familiar y en las lealtades inconscientes que los integrantes mantienen hacia sus padres o ancestros.

Hellinger explica que en las familias, cada miembro ocupa un lugar específico que garantiza el equilibrio del sistema. Cuando este orden se altera —ya sea por favoritismos, exclusiones, herencias no resueltas o dinámicas de abuso—, los hermanos pueden entrar en conflicto como una forma de manifestar el desorden. En muchas ocasiones, estas disputas son una manera inconsciente de intentar resolver el dolor, la injusticia o el desequilibrio vivido en generaciones anteriores.

Por ejemplo, un hermano que se siente excluido o desvalorizado entre los hermanos buscará compensación a través de despojos materiales invadir propiedades, quedarse con herencias, puede actuar sin culpa o exceso de control. En el fondo, están atrapados en una dinámica que no han elegido, pero que sienten como propia.

Cuando los hermanos no enfrentan y sanan sus conflictos, estas dinámicas se perpetúan en generaciones futuras. Los hijos de los hermanos pueden repetir patrones de rivalidad o exclusión, y el dolor no resuelto se convierte en una herencia emocional que trasciende.

Por otro lado, los conflictos no resueltos generan un vacío de conexión y apoyo entre hermanos, quienes, en lugar de ser una fuente de fortaleza mutua, se convierten en adversarios. Esto puede manifestarse en una vida adulta cargada de desconfianza, aislamiento y dificultad para establecer relaciones sanas.

Para sanar, es esencial reconocer el lugar de cada hermano en el sistema familiar y las dinámicas que se han heredado. Hellinger nos invita a mirar con amor y respeto a los padres, comprendiendo que los conflictos entre hermanos suelen ser una extensión de las tensiones en la relación parental. Este reconocimiento no solo libera el dolor, sino que permite restaurar el equilibrio y la conexión.

Los conflictos entre hermanos no son simples desacuerdos, sino expresiones de lealtades invisibles hacia el sistema familiar. Abordarlos desde la mirada sistémica permite desentrañar las raíces del dolor, sanar las relaciones y construir un legado más armonioso para las generaciones futuras. Al reconciliarnos con nuestros hermanos, también nos reconciliamos con nuestra historia y nuestra capacidad de amar.

De la web
Créditos al autor

Ernest Hemingway decía que en nuestros momentos más oscuros, necesitamos encontrar la fortaleza en la conexión humana. U...
09/01/2025

Ernest Hemingway decía que en nuestros momentos más oscuros, necesitamos encontrar la fortaleza en la conexión humana. Un simple gesto de apoyo, una presencia tranquilizadora, puede ser nuestra salvación. Esos pequeños actos de bondad se convierten en nuestras anclas, permitiéndonos navegar por las tormentas de la vida. No intentes cambiarme ni cargar con mi dolor, simplemente sé mi refugio. No alejes mis sombras, más bien ayúdame a encontrar la luz. Mi dolor es mío, pero tu presencia me recuerda que no estoy sola. Es un recordatorio silencioso de que merezco amor, incluso en mis momentos más débiles. En esas horas oscuras, ¿estarás ahí para mí? No como salvador, sino como compañero de viaje. Cógeme de la mano y recuérdame mi fuerza. Tu apoyo silencioso es el mayor regalo. El amor que me ayuda a recordar quién soy, incluso cuando lo olvido.

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