27/10/2024
El tipo de afectaciones que mayormente presentan las víctimas de violencia van más allá de solo ligeros cambios emocionales que requieran una atención primaria, lo que normalmente encontramos al brindar atención son trastornos arraigados que requieren más de una atención emergente, muchos de los casos traen arrastrando consigo síntomas de ansiedad y depresión severa, intentos de suicidio, consumo de sustancias y en algunos de los casos afectaciones de mayor gravedad.
¿Por qué es importante que hablemos del tema?
En su mayoría las mujeres víctimas de alguna situación de violencia comparten factores de riesgo que entorpecen su acceso a servicios de atención integral, tales como vivir en una zona rural, en condiciones de pobreza, bajo nivel educativo, entre otros.
Muchos de estos padecimientos se desencadenan de la vivencia de violencia pero también pueden detonarse y se potencializan durante el proceso de justicia debido a la carga emocional y económica que representa, así como a la revictimización, la falta de soluciones, el mantenimiento de los factores de riesgo y el tiempo que conlleva dar seguimiento al mismo, esto a su vez impacta en el rendimiento y funcionalidad diaria de la víctima, sobre todo si esta tiene a su cargo el cuidado de hijas/os u otras personas, además de un trabajo de tiempo completo.
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