18/08/2025
NO TODOS LOS NIÑOS QUERÍAN VER DE CERCA AL SANTOCLOS DE MAZÓN...
Por tres décadas el Santa de Mazón centro de Hermosillo alegró e ilusionó a unos niños y aterrorizó a otros
El Santa Claus de Mazón, cuya voz y chistes pertenecían a Benjamín ‘Chamín Vidal’, locutor de la XEDL de Hermosillo, fue un personaje emblemático y de suma importancia para la sociedad hermosillense en las décadas de los 70, 80 y 90.
Era el motivo de alegría de miles de niños que esperaban impacientes la época decembrina para poder acompañar a sus papás al Mercado Municipal y, de paso, llegar a ver a ese Santa majestuoso y mecánico que se balanceaba y contaba chistes como si nada.
Pero muchos niños y niñas no lo veían tan angelical sino como algo monstruoso y se negaban a acercarse al monigote
La tienda Mazón Centro, también conocida como Mazón Hermanos S.A., fue una importante tienda departamental en Hermosillo, inaugurada el 6 de diciembre de 1954. Estaba ubicada frente al Mercado Municipal, en el centro histórico de la ciudad. Marcó una época en el comercio local por ser la primera en adoptar el estilo moderno de las tiendas departamentales.
Santa de Mazón: Durante la época decembrina, la tienda presentaba un espectáculo de Santa Claus que era muy popular entre los niños, que por allá por la década de los 70.
Seguro que lo recuerdas… Si eres de la época seguro que no lo has olvidado, con su traje rojo, sus botas negras y aquella voz que lo caracterizaba y que lo dejó plasmado en la memoria de más de una generación de hermosillenses: el Santa de Mazón.
Verlo tras el cristal de su aparador, en su gran silla mecedora y rodeado de regalos era mágico; un espectáculo visual que todos disfrutamos en más de una ocasión porque estaba ahí, al alcance de todos, aunque fuéramos tantos. Nadie se quedaba con la ilusión de verlo. Sentíamos que los sueños se cumplían.
Y es que, el Santa Claus de Mazón fue un personaje emblemático y de suma importancia para la sociedad hermosillense en las décadas de los 70, 80 y 90. Era el motivo de alegría de miles de niños que esperaban impacientes la época decembrina para poder acompañar a sus papás al Mercado Municipal y, de paso, llegar a ver a ese Santa majestuoso y mecánico que se balanceaba y contaba chistes
Años han pasado ya desde la última vez que estuvo ahí, expuesto para todos, haciéndonos felices. Y aunque más de uno nos hemos preguntado ¿dónde quedó?, ¿a dónde se lo llevaron?, ¿será que lo veremos de nuevo alguna vez?, la ilusión se desvanece conforme sigue pasando el tiempo, cada vez más presuroso.
El cronista municipal Ignacio Lagarda, lo recuerda bien. El bullicio y la algarabía que se vivía en pleno centro de Hermosillo en aquellos años, cuando apareció por primera vez en una vitrina.
Era algo único, que no existía en ningún otro punto de la ciudad, sólo ahí, en aquella tienda llena de objetos bonitos y modernidad, situada sobre Plutarco Elías Calles y Guerrero, en pleno centro; en aquel Hermosillo de pocos habitantes.
“Se convirtió en el personaje más conocido y público de la ciudad. A mí me tocó de joven ir a ver al Santa Claus de Mazón; me tocó de papá llevar a mis hijas a que vieran al Santa Claus”, continuó Lagarda.
Santa Claus de Mazón, un ícono de la historia en Hermosillo
Si nos remontamos al pasado, fue en la década de los 70 cuando la familia Mazón, conocidos empresarios de la capital sonorense, tuvieron a bien adquirir un muñeco mecánico de Santa Claus, que tenía la particularidad de que se mecía, movía las manos, podía sonreír y, además, contaba con un sistema de grabación.
El muñeco fue colocado en la vitrina principal de Mazón Centro, la tienda departamental más grande e importante de Hermosillo en aquellos años, la única que contaba con escaleras eléctricas. Sentado en una mecedora y adornado con regalos y luces, rápido llamó la atención de chicos y grandes, quienes se detenían frente a la tienda para observar al personaje novedoso.
Fue tanto el impacto positivo que causó, que pronto la familia encargó a un locutor de radio que grabara unos chistes y algunos diálogos breves, esto para darle mayor vida al muñeco y con ello atraer a más personas a la tienda y dar felicidad, principalmente, a los más pequeños.
“Era el impacto de la modernidad de una figura que se movía, se balanceaba y hablaba con los niños y contaba chistes. Era el único en la ciudad, no había otros centros comerciales ni se usaba que personas se disfrazaran de Santa Claus; entonces había que ir ahí y escucharlo a través del vidrio, porque no se podía tocar. Y era una romería alrededor del Mercado, la gente iba y compraba lo de la cena, los regalos y demás”, dijo Lagarda.
Durante más de dos décadas aquel Santa Claus alegró la vida de miles de niños hermosillenses y su imagen quedó plasmada en la memoria de quienes año con año acudieron a verlo en su vitrina.
“Recuerdo que cada año veníamos, traía yo a mis cuatro hijos a mirarlo, era algo como tradicional que teníamos, cada año veníamos y les divertía mucho a ellos cuando se reía y que levantaba las manos. A mí como mamá me parecía bien traer a mis hijos aquí (centro)”, expresó María.
“Era una atracción de toda la vida. Los papás traían a los niños a verlo porque se movía. A mí me gustaba ver cómo se reunía la gente ahí para pedirle; me gustaba ver a los niños emocionados. Yo tenía como 18 años y trabajaba en una tienda aquí cerca, y me emocionaba ver a los niños bien contentos con el Santa Claus”, comentó Guadalupe Quijada.
“Recuerdo que contaba los mismos chistes todo el tiempo, y empezaba a tocar desde las 8 de la mañana hasta las 7 de la tarde, y se llenaba de niños. Nosotros trabajábamos aquí a un costado, yo tenía como 8 años, y veía cómo se llenaba de niños que venían exclusivamente a ver al Santa Claus. Le dolió mucho a la gente cuando se lo llevaron”, apuntó Jesús Figueroa.
Entre 2000 y 2005, “Mazón Centro” desapareció y la figura tuvo que ser reubicada a una pizzería, ubicada sobre el bulevar Colosio, casi esquina con Solidaridad. Sin embargo, aquel personaje ya no tuvo la misma popularidad, principalmente por aquel nuevo personaje que había surgido, además de que, para poder verlo, las personas tenían que entrar a consumir en el negocio.
De este modo, su ciclo de vida culminó, y la familia decidió resguardarlo en algún sitio donde ha permanecido durmiendo todos estos años, alejado ya de los aparadores y la algarabía de las infancias hermosillenses; quedando como un bello recuerdo en la memoria de muchos.
“Intenté hace unos 8, 10 años, buscarlo, encontrarlo, pero no pude hacer contacto con la familia Mazón, y nadie me supo decir en dónde estaba guardado, como para tratar de recuperarlo y convertirlo en un ícono de la ciudad. Nos hizo felices a muchas generaciones de niños hermosillenses”, expresó Lagarda.
El Santa de Mazón duró poco más de dos décadas en su vitrina, rodeado de regalos y luces, con los mismos chistes blancos año tras año, alegrando la vida de miles de niños hermosillenses. Los encargados de la tienda lo colocaban desde el 1 de diciembre hasta después del 6 de enero, cuando pasaba el Día de Reyes. Siempre sonriente, siempre mágico. Su traje era lo único que sí cambiaba después de cierto tiempo, pues el sol y el polvo lo deterioraban, así que un sastre de la familia se encargaba de elaborar los nuevos trajes para mantenerlo siempre majestuoso.
ALGUNOS DE SUS CHISTES:
"Jo jo jo era un señor que tenia tres pelos y fue al salón a que lo peinaran y dijo la estilista ¿cómo lo peino señor?
-Hágame una trenza por favor
Y cuando lo estaba peinando se le calyó un pelo y le dijo a la muchacha
- Péineme de raya en medio
Y se le cayó otro pelo y dice la muchacha
- Señor no se cómo peinarlo - y el tipo muy enojado le dijo
-¡¡Ultimadamente déjeme el cabello suelto!! JO JO JO JO!!
"Había un niño que se llamaba talco y le preguntaron a su mamá, ¿por qué le puso ese nombre a su hijo? Y ella contestó "porque cuando nació el doctor me dijo que le pusiera talco" jo jo jo jo jo (así se reía el santa clos de Mazón)
Jo-jo-jo Entra un hombre a la tienda y el empleado le pregunta: "¿Usted me dirá?" a lo que el cliente responde: "1.60 sin zapatos" JO-JO-JO JO
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