03/08/2025
Una de las transformaciones más poderosas que acompaño en consulta es cuando las madres y los padres dejan de centrarse únicamente en controlar la conducta de sus hijos… y comienzan a observarse a sí mismos.
Muchas veces, ante un berrinche, una desobediencia o una conducta desafiante, el foco está en “¿cómo lo corrijo?”. Pero rara vez nos detenemos a preguntarnos:
🔹 ¿Qué me está pasando a mí con esta situación?
🔹 ¿Desde dónde estoy respondiendo?
🔹 ¿Estoy acompañando a mi hijo o reaccionando desde mi propio desborde emocional?
Y aquí es donde comienza el verdadero cambio.
💡 Cuando el adulto se observa, se hace responsable de su parte, y comienza a acompañar en lugar de controlar, la dinámica familiar se transforma.
Los niños no necesitan padres perfectos, sino adultos conscientes, presentes y emocionalmente disponibles.
👂 Acompañar no significa dejar pasar todo. Significa poner límites desde la conexión, no desde el miedo ni el castigo.
Significa entender que la conducta del niño no es el problema en sí, sino una forma de expresión que necesita ser comprendida, no reprimida.
🌱 Cuando ponemos la mirada en nosotros como adultos, dejamos de luchar contra la conducta del niño y comenzamos a construir una relación más sana, segura y respetuosa.
Criar también es crecer. Y cada situación difícil puede ser una oportunidad para acompañar, contener y aprender juntos.