30/05/2025
Como madre, nunca jamás volveré a dejar que mi hijo se suba a una cama saltarina.
Y esta imagen es la razón.
Era una fiesta infantil.
Globos, risas, música… y una cama elástica como el centro de atención.
Todos los niños estaban felices.
Incluido mi hijo.
Hasta que saltó… y no volvió a levantarse.
Un mal aterrizaje, una caída mal apoyada.
Nada espectacular desde fuera.
Pero por dentro, su columna había cedido.
Cuando los médicos me mostraron esta imagen, el aire se me fue del cuerpo.
Fractura vertebral severa.
Compresión medular.
Y todo… por un juego que parecía inofensivo.
Me explicaron que las camas elásticas son una de las principales causas de lesiones espinales en niños.
Que las vértebras, en pleno desarrollo, no siempre resisten ese tipo de impactos.
Que con solo un mal salto, todo puede cambiar.
Mi hijo necesitó inmovilización, hospitalización y semanas de rehabilitación.
Y nosotros, como familia, cargamos con la culpa de no haber sabido antes.
Hoy te lo digo sin miedo, y con el corazón en la mano:
No todo lo que da risa es seguro.
No todo lo que entretiene es inofensivo.
Y no todo accidente se puede revertir.
Si eres madre, padre o cuidador:
• No permitas que niños pequeños usen camas elásticas sin supervisión estricta.
• Evita que varios niños salten al mismo tiempo.
• Y si puedes evitarlo… mejor aún.
Porque lo que parece un juego…
puede terminar en una resonancia como esta.
Yo soy esa madre.
Y esta… es nuestra historia.
—-
Advertencia: esta información es de carácter académico e informativo. No reemplaza la valoración médica presencial ni debe utilizarse para autodiagnóstico. Ante cualquier síntoma, consulta siempre con un profesional de salud.