
07/09/2025
¿Has escuchado hablar del síndrome de la guardería?
Si eres mamá o papá que trabaja, seguro te han dicho “los niños de guardería se enferman mucho”. Y sí, es una realidad… pero no hay motivo para alarmarse. Hoy te contamos todo sobre este proceso natural que, aunque desafiante, fortalece a tu pequeño.
¿ℚ𝕦é 𝕖𝕤 𝕖𝕝 𝕤í𝕟𝕕𝕣𝕠𝕞𝕖 𝕕𝕖 𝕝𝕒 𝕘𝕦𝕒𝕣𝕕𝕖𝕣í𝕒?
Es el periodo en el que tu bebé empieza a enfermarse con frecuencia tras entrar a la guardería. ¿Por qué? Al convivir con otros pequeños, es inevitable que comparta virus y bacterias, ya que al menos el 70% del grupo puede contagiarse cuando un virus entra.
Los bebés exploran con las manos, la boca y objetos compartidos, por lo que el contagio es parte del proceso. Lo positivo: no todos se enfermarán igual y, con el tiempo, su sistema inmunológico se hará más fuerte.
¿Por qué ocurre?
Durante los primeros seis meses, tu bebé tiene defensas que heredó de la placenta. Pero después, su cuerpo empieza a desarrollar sus propias defensas. Y justo en esta etapa muchos bebés entran a guardería, donde el contacto con otros acelera este aprendizaje inmunológico.
No todo es malo: una gran ventaja
Sí, tendrás noches de fiebre o mocos, pero a largo plazo tu bebé estará más preparado, pues al estar cerca de una gran cantidad de gérmenes en las guarderías puede mejorar su sistema inmunitario. Los anticuerpos que genera ahora lo protegerán en el futuro y, cuando enfrente esos mismos virus, será más resistente.
Enfermedades comunes en el síndrome de la guardería
* Resfriado: Mocos, estornudos, congestión. Reposo e hidratación son clave.
* Faringitis: Dolor de garganta, tos. Consulta médica si persiste.
* Conjuntivitis: Ojos rojos, lagañas. Requiere antibióticos y paciencia.
* Sinusitis: Congestión, dolor de cabeza. Es importante acudir al pediatra.
* Otitis: Dolor de oído, fiebre. Común cuando hay mocos acumulados.
* Roseola: Fiebre alta seguida de erupción rosada. Es leve pero vigilada.
* Gastroenteritis: Diarrea, vómito. La vacuna del rotavirus ayuda a prevenir.
* Hepatitis A: Se propaga por no lavarse las manos o por hacerlo de manera deficiente después de usar el inodoro o cambiar un pañal, y luego preparar alimentos. Además del buen lavado de las manos, el personal de las guarderías y los niños deben recibir la vacuna contra la hepatitis A.
¿Cómo reducir el impacto?
No puedes evitarlo del todo, pero sí minimizarlo:
* Lava regularmente sus objetos personales.
* Limpia sus manos al llegar a casa.
* Cumple con todas sus vacunas.
* Proporciónale una alimentación equilibrada.
* Si se enferma, no lo lleves a la guardería hasta que se recupere.
¿Y si no va a la guardería?
Tarde o temprano, los niños se enfermarán. Pero los que van a guardería enfrentan más virus antes, lo que los prepara mejor. Si tu bebé no asiste, enfócate en su nutrición y vacunas para fortalecerlo.
Las visitas a tu pediatra serán fundamentales para llevar un control del desarrollo, aplicar vacunas, detectar problemas de salud temprano y asegurar el bienestar del niño en un ambiente de alto riesgo de contagios.
Dr. J Alfredo Camargo L
Médico Pediatra
Certificado y Re-Certificado por el Consejo Mexicano de Certificación en Pediatría.
771 684 8737