16/08/2025
Hay cosas que debemos decir a nuestros hijos.
Por ejemplo, que el fracaso no es una verguenza, sino una puerta que se abre.
Caer y levantarse es parte del viaje, y es así como se aprende, no de otra manera.
A los hijos varones debemos decirles que si lloran no son débiles ni “menos hombres”; al contrario, están en contacto con su mundo interior.
A las hijas debemos recordarles que pueden luchar, ensuciarse, hacer muecas, jugar a fútbol y seguir siendo ellas mismas, sin etiquetas ni juicios.
Debemos decirles que el aburrimiento no es un enemigo.. es un tiempo fértil donde nacen ideas, sueños y calma.
Que existen pensamientos que dan miedo, y que no es necesario huir de ellos.. pueden observarlos, respirarlos, y dejarlos pasar.
También debemos decirles que la muerte forma parte de la vida, pero que en el mundo existe la magia de los vínculos, de la naturaleza y de los instantes que parecen eternos en el corazón.
Debemos decirles que habrá días de luz y días de sombra, y todos tendrán el mismo valor.
Que a veces hay que aprender a quedarse, a permanecer, y que el dolor no es eterno.. se transforma y nos transforma.
A los hijos varones debemos decirles que no son príncipes azules, que no están en este mundo para salvar a nadie.
A las hijas, que nadie las salvará si no se salvan ellas mismas.
Debemos recordarles que el tiempo existe… hasta que se acaba, y casi siempre lo comprendemos demasiado tarde.
Que no hay vencedores ni vencidos, porque la vida no es una guerra.
Debemos advertirles que la maldad existe, y que también habita en nosotros. La psicología nos enseña que conocer nuestra propia oscuridad es el primer paso para no dejarnos gobernar por ella.
Debemos decirles que no siempre un padre o una madre serán un puerto seguro; a veces los faros no logran dar luz.
Que sin los demás no somos nada, absolutamente nada.
Que está bien sentirse mal: la tristeza, la frustración y el miedo no son señales de debilidad, sino motores que nos empujan a crecer. Y todo, antes o después, pasa.
Que no tener éxito —según lo que dicta el mundo— no les impedirá ser felices. De hecho, muchas veces la felicidad está en vivir a nuestro propio ritmo.
Que si los deseos no se cumplen, el acto de desear sigue siendo importante.. el deseo es la brújula que nos mantiene vivos.
Que si no se casan o no tienen hijos, su vida puede ser plena igual. Que el mundo necesita de su compromiso, para que se convierta en un lugar más justo, humano y bello.
Que la pobreza existe, y que como seres humanos debemos implicarnos en aliviarla.
Que pueden ser lo que sueñen, pero no a cualquier precio, el bienestar emocional, la ética y el respeto por sí mismos son límites sagrados.
Que el perdón existe, y que ceder, a veces, es la única forma de seguir caminando juntos.
Debemos decirles que pueden ir lejos, muy lejos, incluso donde ya no podamos verlos.
Y que aquí estaremos, siempre, cuando quieran volver.🫀🏡💫