
30/08/2025
En la vida humana, al igual que en las ciudades, conviven lo viejo y lo nuevo. Las calles guardan cicatrices de guerras, pérdidas y revoluciones… pero también de esas grietas ha nacido el arte, la poesía y la filosofía.
Desde una mirada psicoanalítica, las marcas del pasado —esas huellas que parecieran fracturas— no son algo que debamos ocultar. Al contrario, son parte de nuestra historia y se vuelven elementos que nos configuran, nos humanizan y nos embellecen.
Así como una ciudad no sería la misma sin su memoria, nosotros tampoco lo seríamos sin nuestras fragilidades, sin los recuerdos que nos habitan, ni sin las caídas que nos han transformado. La belleza humana se descubre también en esas grietas del tiempo.