23/05/2025
TRES CONCEPTOS CLAVE SOBRE LOS MITOS DEL TALENTO:
• El éxito temprano en el deporte juvenil rara vez se traduce en logros a largo plazo.
• La ambición de los padres a menudo entorpece el desarrollo deportivo y genera una presión poco saludable.
• La forma en que respondes al desempeño de tu hijo importa más que el desempeño en sí.
Todos los días—y me refiero a TODOS los días—recibo un correo electrónico que dice algo así:
“Estimado Wayne,
Mi hija tiene talento. Tiene 8 años y es la mejor jugadora de su equipo. Quiere ir a la universidad con una beca deportiva, ganar un campeonato de la NCAA y jugar profesionalmente. No queremos presionarla, pero queremos que sea lo mejor que pueda ser. ¿Cuánto debería entrenar?”
Atentamente, Mamá y/o Papá.
Correos como este son la razón por la que tengo trabajo—y a veces bebo tanto.
¿Qué está diciendo realmente este padre? Hay que leer entre líneas:
Padre dice: “Mi hija tiene talento.”
Lo que realmente quiere decir: “Mi hija tiene MUCHO talento. Es mejor que las demás niñas.”
Padre dice: “Ella quiere ir a la universidad con una beca deportiva y jugar profesionalmente.”
Lo que realmente quiere decir: “NOSOTROS queremos que obtenga una beca y sea profesional porque es tan talentosa que es inevitable.”
Padre dice: “No queremos presionarla, pero queremos que sea lo mejor que pueda ser. ¿Cuánto debería entrenar?”
Lo que realmente quiere decir: “Queremos presionarla. No creemos que esté entrenando lo suficiente. Queremos que tú confirmes que necesita entrenar más para poder decirle al entrenador que la exija más.”
Aquí está la dura y fría verdad: No existen los campeones de diez años.
El mundo del deporte está lleno de sueños rotos de “niños prodigio” que nunca llegaron a la adultez como atletas de alto nivel. Mientras tanto, los deportistas que alcanzan la excelencia sostenida muchas veces no mostraron “talento evidente” cuando eran niños.
Uno de los aspectos más dañinos del mito del talento es la adoración al talento precoz y temprano.
Los padres ven que su hijo rinde bien frente a sus pares en deportes juveniles e inmediatamente trazan una trayectoria hacia la fama olímpica o profesional.
Pero el desarrollo no es lineal.
Los niños se desarrollan física, mental y emocionalmente a ritmos completamente diferentes.
El niño talentoso de diez años podría simplemente estar más desarrollado físicamente para su edad—una ventaja que suele desaparecer con la pubertad.
Si eres padre o madre de un joven atleta, te doy un consejo radical: deja de enfocarte en su rendimiento por completo.
En su lugar, pregúntate:
• ¿Está desarrollando independencia y responsabilidad?
• ¿Está aprendiendo a amar la actividad física?
• ¿Está desarrollando resiliencia y habilidades para resolver problemas?
• ¿Tiene una relación saludable con la competencia?
Estas son las bases sobre las que se construye la excelencia deportiva—no cuántos goles mete a los nueve años.
Y recuerda: si mete el gol del triunfo y gana el campeonato—abrázalo, dile que lo amas.
Si deja caer la pelota en la línea del gol y pierden el juego—abrázalo, dile que lo amas.
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RESUMEN:
• El éxito deportivo temprano rara vez predice logros a largo plazo.
• Si te enfocas en el rendimiento en lugar del desarrollo de tu hijo, corres el riesgo de generar una presión que daña su disfrute y su potencial.
• El camino hacia la excelencia deportiva comienza con el desarrollo de cualidades de campeón, que son mucho más importantes que las señales tempranas de “talento”.
-Wayne Goldsmith.